Europa no permite tanta concesión (1-2)

Porque el 1-2 con el que finalizó el encuentro fue el marcador con el que se llegó al descanso. No le duró mucho la alegría al Betis y a los aficionados verdiblancos tras el gol, golazo, de Fekir a la media hora de juego que sirvió para empatar el tanto inicial de Kostic para los alemanes. Porque dos minutos después, Kamada volvió a batir a Bravo. Es verdad que el equipo de Pellegrini no se rindió en ningún momento y, aunque dejó espacios atrás y volvieron a producirse demasiadas concesiones en tareras defensivas, no aprovechó la debilidad defensiva de un Eintracht que sí supo beneficiarse de los errores béticos en los dos goles. En el 0-1, primero Sabaly le dejó un metro a Kostic, el serbio sacó su varita mágica para poner un centro chut que incluso pudo rozar en el larguero, para superar a Bravo y dejar su sello en la eliminatoria. Salvo en esa acción, el lateral africano, logró defender con acierto al extremo zurdo, con inteligencia y anticipaciones, pero ese metro para dejar pensar a Kostic le condenó. Quizás también estuvo algo blando Bravo. El otro craso error defensivo fue de Edgar. Más nervioso y algo contemplativo que en otras ocasiones y con el Villamarín enfervorecido tras el tanto de Fekir, cometió un fallo imperdonable en la salida del balón jugado desde atrás. El zaguero catalán le cedió la pelota a Sow y Lindstrom se quedó la pelota para avanzar con la pelota hacia el área y superando al propio Edgar y a Ruibal en la carrera. Bravo también dejó su portería desguarnecida. Al final, el pase atrás del danés acabó con el tanto de Kamada. Era un día para no cometer errores. O no demasiados. Pero no sólo en Europa, sino en la competición oficial, no se permiten tantas concesiones.

Hay que hacer mención también al golazo de Fekir. Recuperó en campo contrario Juanmi un balón suelto y se lo cedió a Guido. El argentino, rápido, le pasó el esférico a Canales, que avanzó con la pelota controlada hasta casi la frontal del área, cuando cedió para el francés. Fekir, ya dentro del área, dribló a Ndicka, se acomodó el esférico para su acción clásica con la pierna zurda y con un duro disparo cruzado batió a Trapp.

Precisamente, al portero visitante no se le vio hacer demasiado trabajo durante el resto del partido. No así como a Bravo. El bético tiene que darle gracias a su portero por el hecho de que la eliminatoria se vaya con posibilidades de darle la vuelta la próxima semana en Alemania. El meta chileno le detuvo un penalti a Santos Borré en el minuto 50. Adivinó el fallido disparo del colombiano, al que amargó la noche. Porque después le repelió un balón elevado en una rápida salida a los pies del delantero cafetero. Luego, tras otra cesión atrás de Edgar que ganó Kamada, el taconazo del japonés acabó en los pies del exatacante del Atlético de Madrid y el Villarreal. Esta vez no se lo pensó y conectó un disparo que, a media altura, volvió a salvar el portero del Betis. Y para terminar, también metió las manos para evitar el que pudo ser el 1-3 en un tiro cruzado de Kostic ya en el descuento.

Está el Betis un punto por debajo de rendimiento grupal e individual en los últimos partidos respecto, por ejemplo, a los encuentros que los heliopolitanos disputaron hace un mes o mes y medio. Y eso se nota, no sólo en el apartado físico, sino también en el mental. Dicen que el Eintracht baja su rendimiento como local, así que el Betis deberá aprovechar el próximo jueves que aún tiene opciones de pasar.