Atletismo
Jordan Díaz, un prodigio atrapado por la burocracia
El triplista nacionalizado, mejor marca mundial del año, no puede saltar representando a España
Su nuevo pasaporte implica la prohibición de participar en eventos internacionales durante tres años
Jordan Díaz, en una competición en Salamanca
Si le preguntan por el futuro, hasta dónde puede llegar en su carrera, Jordan Díaz encoge los hombros y divaga cualquier respuesta. Ni él se atreve a pronosticarlo. Tiene bastante más claro su presente, el sitio donde se encuentra ahora, que es exactamente ... donde pensó que estaría cuando hace un año se atrevió a fugarse de la concentración europea del equipo cubano de saltos. Desde entonces su vida ha transcurrido a velocidad de vértigo. Este es un repaso rápido: su escapada se produjo en Valencia, poco antes de coger un avión hacia Oslo para participar en la Diamond League . Agarró su pasaporte y se marchó a Zaragoza, donde le acogieron sus tíos. Después, contactó con Ana Peleteiro y le pidió ayuda. Dos meses más tarde ya estaba en Guadalajara como un miembro más de la tropa de élite de los saltos que dirige Iván Pedroso , compartiendo entrenamientos con Yulimar Rojas, Héctor Santos y la propia Peleteiro. Fue en ese momento cuando se iniciaron los trámites para su nacionalización, que se ha ido acelerando por el tremendo potencial del chico. El Consejo de Ministros le acabó concediendo la nacionalidad por carta de naturaleza el 2 de febrero de este año. Solo dos semanas después, en su segunda competición como español, superaba el récord nacional por primera vez tras saltar 17,27 en el campeonato de España sub-23, nueve centímetros más que los 17,18 que ostentaba Pablo Torrijos desde 2010. Era solo el inicio. Al empezar junio, ya en la temporada al aire libre, Díaz llegaba en Andújar hasta los 17,30, un pasito más que aún no anticipaba el bombazo vivido en La Nucía el pasado domingo. Ahí, después de 16 poderosas zancadas y dos brincos infinitos, Jordan Díaz aún logra desatar la potencia necesaria para volar como nunca sobre el foso. No le hace falta ni un segundo para saber que ha destrozado su récord, que celebra antes incluso de aparecer en las pantallas: 17,76, mejor marca mundial del año por delante de sus excompatriotas Andy Díaz (17,64) y Lázaro Martínez (17,30), 46 centímetros por encima de su anterior registro como español. Una barbaridad.
Con 21 años recién cumplidos, y habiendo sido ya campeón mundial sub-18 y sub-20, pocos dudan que se está ante el mayor talento del triple salto de las últimas dos décadas, una especie de bendición caída del cielo para el atletismo español. «Lo de Jordan es maravilloso, con esa edad y el margen que aún tiene lo normal es que haga los 18 metros a no mucho tardar», cuenta a ABC Ramón Cid , que fue trece veces campeón de España de triple salto y hoy dirige la carrera de otra joven prodigio del atletismo nacional, María Vicente . «Si le respetan las lesiones y sigue por esta línea, a medio plazo es muy probable que rompa el récord del mundo».
Esa cifra, los 18 metros, pasan a ser la siguiente meta. En la historia solo la han superado seis hombres, pero ahora parece más factible que nunca por más que Pedroso y el propio interesado insistan en ir despacio. «Llevaba buscando este salto desde hace mucho tiempo. Incluso antes de venir para acá», decía Jordan Díaz poco después de lograr esos 17,76. «Las cosas están saliendo bien y hay que seguir poco a poco a esperar a que salga una marca mejor».
Los Juegos, el objetivo
Lo que tardarán más en llegar son las medallas. La nacionalización del atleta lleva implícita la prohibición de participar en competiciones internacionales con su nueva selección durante un periodo que puede llegar a tres años. La norma, creada a raíz de la ola de nacionalizaciones exprés que utilizaron países como Qatar, Turquía o Bahréin para engordar sus medalleros, afecta de lleno a Jordan Díaz . La Federación Española avisó a World Athletics de la situación del atleta nada más recibir su nuevo pasaporte. Ahora es el máximo organismo internacional quien debe decidir cuándo permite competir a Díaz como español.
Los plazos podrían reducirse si la Federación Internacional valida el arraigo del saltador con España, si comprueba que efectivamente está viviendo en Guadalajara y que piensa seguir haciéndolo en los próximos años. Pero lo que es seguro es que el saltador se perderá las dos grandes citas de este año, el Mundial de Eugene y el Europeo de Múnich. A cambio, no tendría problemas para competir y aspirar a medalla en los Juegos de París 2024. La reglamentación del COI es similar a la de World Athletics , aunque en su caso los tres años empiezan a contar desde la última participación del atleta con su país de origen. En este caso, Díaz saltó como cubano por última vez en septiembre de 2019. Otros casos similares, como el del hoy portugués Pedro Pablo Pichardo , campeón olímpico en Tokio, se resolvieron en poco menos de dos años.
«Creo que la figura de Jordan nos va a poner en el mapa internacional», insiste Ramón Cid, que se declara un enamorado de la técnica del joven saltador: «En el triple puedes hacer un primer y un segundo salto muy largo y sobrevivir en el tercero o hacerlo más equilibrado. Para que el salto sea excepcional tienes que llegar con un remanente de velocidad al tercero, y eso él lo hace muy fácil. Verle saltar es como cuando ves dar un revés a Federer, que no hace esfuerzo y la pelota sale como un cohete».