Andrea Fuentes: «Necesito dos semanas para dejar de oler a cloro»

—¿Qué significan para usted estas dos medallas de bronce?

Un sueño que va a ser realizado en unos años. Este es el primer paso.

—¿Por qué la música de Summertime, de Janis Joplin?

—Me gusta el blues y me gusta el carácter que tenía Janis. Me da fuerza, me da un toque que me hace transgresora.

—¿La sincronizada es tan dura?

—Lo es más. Lo que ocurre es que nuestra labor es intentar hacer ver que no nos cuesta, poner buena cara, expresiones que nos asemejen a un pez en el agua. Lo que pasa es que no lo somos, no tenemos escamas ni manera de respirar debajo del agua. Es más difícil de lo que parece, sobre todo por la apnea.

—¿Cómo se entrena la apnea?

—Nosotras no hacemos apneas de competición, estar quietas y aguantar la respiración. Hacemos muchas series de ejercicios muy rápidos para que se nos aceleren las pulsaciones y de repente nos sumergimos en el agua y aguantamos la respiración todo lo que podemos.

—¿De dónde proviene la motivación?

—(Risas) Muchas veces me cuesta mantener la motivación. Son muchas horas en el agua. Esas horas en remojo son las que queman. También tiene su parte buena, y es que sentir que bailas en el agua a mí encanta.

—¿Cuánto hay de expresión artística y de deporte en la sincronizada?

—Es más deporte que arte. A mí me gustaría que fuera más arte, tipo la danza. Pero no es así.

—¿Cuál es el punto fuerte de España?

—Hace poco oí decir a un profesor que tuve que «No hay arte en lo retórico», y me gustaron esas palabras. Me siento identificada con ellas. El equipo siempre trata de innovar, de sorprender, de aportar algo nuevo.

—¿La compañera se escoge o es una decisión de la seleccionadora?

—Es un proceso que poco a poco se va viendo. Ona Carbonell es la que está más preparada de calle. Somos parecidas, tenemos unas piernas similares y las dos somos híper trabajadoras.

—¿Es importante llevarse bien con la compañera de equipo?

—Yo siempre he creído que sí, pero se ve que no hace falta. Quizá para competir no sea necesario, pero para ser feliz en el día a día, en los entrenamientos, sí hace falta.

—¿Las rusas son tan frías?

No. Acabo de hablar con Natalia (Ischenko. oro en solo), la solista. Como nadadora es increíble, como persona me he quedado alucinada. Es súper humilde, con su punto divertido y todo. Me ha sorprendido.

—¿Qué le diría a una niña de 10 años que quiere hacer sincronizada?

—Primero, que se plantee como va ser vivir con unas pequeñas escamas en la piel porque va a estar muchas horas en el agua. No pasa nada, que esté tranquila, el agua es otro medio y te vuelves otro tipo de animal. ¡Que no se olvide de ser creativa! Hay que innovar en la vida, que si no es muy aburrida.

—¿Cómo es un día corriente en la vida de Andrea Fuentes?

—Me levanto a las 6.30 y desayuno. Me voy a entrenar a San Cugat. Primero trabajo con pesas, después practico gimnasia artística. Luego, al agua hasta las 14.00. Como, descanso y otra vez al agua hasta las 20.00. Llamo a alguna compañera de clase para que me deje los apuntes, estudio y me voy a dormir.

—¿Cómo es la vida bajo el agua?

—Es muy divertida. Me gusta mucho no sentir el peso de mi cuerpo, me gusta flotar y bailar allí dentro.

—¿Qué rescataría del fondo de una piscina?

—Como dice un poema de Antonio Machado, «Amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles…». Me gustaría que fuese así fuera del agua también.

—¿No huele siempre a cloro?

—Sí, siempre, aunque me lave con jabón y esparto. Hasta que no llevo dos semanas de vacaciones en verano no dejo de oler a cloro. Es una pega.

—¿Usted quería ser sirena?

—Quería ser cocinera y luego bombera.