Carlos Molina ve la luz al final del túnel: a solo cinco kilómetros de la frontera

«Buenos días a todos, anoche todo dio un giro inesperado, tras unas decisiones tomadas, algunas negociaciones y ayuda de Embajada de Lituania, tuvimos mucha suerte de encontrar una vía para posicionarnos a menos de 5km de la frontera . Posiblemente hoy o mañana pisemos suelo europeo», explicaba el cordobés en su cuenta de Twitter a las nueve de la mañana.

Alegría que contrasta con la desesperación del jugador en los últimos días, cuando no veía la luz al final del túnel. Tras el estallido del conflicto bélico, Molina, junto con varios compañeros del Motor Zaporozhye, huyó de la ciudad de Kiev en dirección Zaporozhye, urbe del conjunto en el que milita el español, situada a 400 kilómetros al sudeste de la capital ucraniana.

El camino, como ha ido relatando con sus redes sociales, ha sido todo un viacrucis. Las consecuencias de la guerra y las bajas temperaturas impidieron a Molina desplazarse con ligereza y la falta de gasolina frenó su escapada.

«Estamos desesperados, en las últimas 11 horas solo hemos recorrido 8,5 kilómetros; en tres horas, solo 500 metros y en una hora, nada. Nos quedan 20 kilómetros hasta la frontera. Supone cuatro o cinco días de espera sin casi comida y mucho, muchísimo frío», explicaba ayer. Tras la odisea, el jugador parece estar a punto de cruzar la frontera con Polonia y dejar atrás de una vez por todas la guerra.