Alonso se alegra con poco

El estado de optimismo ha sido declarado en cuarentena. La primera carrera del Mundial decretó una sentencia confusa para Fernando Alonso. Ni frío ni calor respecto al rendimiento que se le supone al R29, pero más cerca del frío que del calor. Quinto puesto y ... cuatro puntos, después de un accidente entre el segundo y el tercero (Vettel y Kubica) a dos vueltas del final y de la descalificación de Trulli (tercero). Las prestaciones de coche y piloto durante el fin de semana no anuncian días de vino y rosas, sino un periodo de observación hasta la emisión de un diagnóstico. Y puede ser la próxima semana, en Malasia, un circuito que separa la paja del grano.

«Sube al podio con total seguridad», pronosticaba presa del estado de ilusión la pareja de Alonso, Raquel del Rosario, nuevo corte de pelo y recién llegada de Los Ángeles donde ha trabajado en la elaboración de un disco de su grupo, El Sueño de Morfeo. El vaticinio de la dama chocó de bruces con la realidad. El piloto nunca tuvo a tiro el cajón en una tarde caótica de carreras en Australia.

Circular en la panza del pelotón tiene el riesgo de la montonera, dicen las reglas de conducción en el ciclismo. Lo mejor es la punta o la cola, el estilo Armstrong, siempre delante, o el plan Lejarreta, habitual de las últimas posiciones, allí donde se frena menos. Alonso salió décimo, justo en el medio. Y allí se comió el atasco provocado por el accidente de Heidfeld y Webber, piezas de carbono por los aires en la primera curva. «Estaba detrás y sólo tenía una opción. O chocar con ellos o salirme a la hierba». Giró hacia el césped y por ahí terminó antepenúltimo la primera vuelta.

Tocaba remontada con la incógnita de un coche sin referencias en la competición: «El coche ha tenido un comportamiento difícil durante el fin de semana. Nunca fuimos suficientemente rápidos, ni el viernes, ni el sábado, y el domingo no iba a ser una excepción. Íbamos demasiado lentos. Y tuve problemas para seguir al Force India de Fisichella y eso no es una buena noticia».

Albert Park suele deparar carreras locas y ayer no fue la excepción: «Australia es uno de los peores circuitos para nosotros, muchos baches y viento, dos cosas que a nosotros nos afectaban bastante».

Y el resultado dejó al español con esa sensación extraña, quien no se consuela es porque no quiere. «Nos vamos con tres puntos -dijo antes de conocer la descalificación de Trulli-, Ferrari, con cero, BMW con cero y en McLaren sólo Hamilton con dos más que yo. Entre los favoritos, casi que he sacado yo más que nadie».

Pero la cuestión clave es el coche. ¿Tienes confianza en él?, se le preguntó. «Hay más coche que el año pasado, quiero pensar que sí. Malasia y China son dos circuitos muy exigentes con los coches y se ve quién va rápido y quien no. Veré si tengo buenas vibraciones con él. Si no entramos en la Q3, presiento un año difícil».

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