Tony Martin se exhibe a solas por los Vosgos

Es difícil hablar de Tony Martin (Omega Pharma-Quickstep) sin caer en estereotipos. Nacido en la República Democrática Alemana, no llegó a tiempo de correr en el mítico Telekom, lo que no sirvió para ahorrar comparaciones con Jan Ullrich. Es el mejor corredor que ha producido el país desde el pelirrojo que ganó el Tour '97 –y que terminó sus días de ciclista en la Operación Puerto–, y además comparte orígenes en la RDA y pasión por las contrarrelojes, disciplina que ambos han dominado.

Sin embargo, Martin es un tipo de ciclista que nunca pensó en ganar un Tour. Buenísimo para vueltas de una semana, al alemán siempre le ha faltado mucho en la alta montaña, aunque su gran motor permite pasarla ocasionalmente. Hoy, en los Vosgos, fue una de esas ocasiones: se infiltró en una fuga muy numerosa en los primeros kilómetros de la etapa, con seis puertos y sin terreno llano hasta la parte final.

Martin rodó 50 kilómetros en solitario e incluso aumentó su ventaja De entre todos, con gente tan importante como Purito Rodríguez, Pierre Rolland, Fabian Cancellara y Tony Gallopin, el nuevo líder de la carrera, Martin se fue con el italiano Alessandro De Marchi. Los dos se hicieron media etapa juntos pero cuando llegaron a la subida más dura, Le Markstein (1ª categoría), se descubrió que Martin había estado agotando en secreto a De Marchi, que se quedó fundido.

A Martin le quedó una contrarreloj de unos 50 kilómetros hasta la meta de Mulhouse, una magnífica oportunidad para ver detenidamente al mejor rodador del pelotón. Siempre tuvo ventajas de unos tres minutos con el resto de la escapada, liderada por Gallopin, en busca del maillot amarillo. En esa media centena de kilómetros, Martin, en volandas, hasta aumentó su ventaja para conseguir su tercera victoria de etapa en el Tour, la primera en línea. En 2009 se quedó a las puertas de ganar en el Mont Ventoux –el español Juanma Gárate el remontó en el final–, pero su victoria de hoy es igual de memorable.

¿Qué pasaba en el pelotón? Que el Astana de Vincenzo Nibali no tenía ningún interés en mantener el maillot amarillo. No es que fueran de paseo, pero nunca intentaron reducir la ventaja significativamente. De eso se aprovechó Pierre Rolland, candidato habitual al top 10, y sobre todo Gallopin.

El francés del equipo Lotto-Belisol estaba emocionadísimo al entrar en meta, consciente de que el pelotón iba con un retraso mayor a los tres minutos que él tenía de desventaja con Nibali. Gallopin, un ciclista de 26 años y cierta proyección en las clásicas –ganó en San Sebastián el año pasado– disfrutará del inmenso premio de vestir de amarillo mañana, en el día de la fiesta nacional francesa. Será un 14 de julio de montaña, con la Planche des Belles Filles, la etapa más dura ( pavés al margen) de lo que va de Tour, y un círculo rojo en el calendario de Nibali y Alberto Contador.