ARTE
Vanguardias en Ucrania: el arte como taumaturgia
MADRID
Ucrania busca también ganar la guerra del relato frente a Rusia. Una muestra de organización épica en el Museo Thyssen reivindica un hueco para las vanguardias ucranianas en la Historia del Arte
Boceto para ballet de Vadym Meller
Creo firmemente en la función –y en su necesaria rima: la obligación– del arte de ser un espejo, muchas veces distorsionado, que refleje las grandezas y flaquezas del mundo, y que contribuya a enderezar los manchados renglones que los seres humanos casi siempre escriben. Una ... guerra es indudablemente un borrón en las páginas de la Historia.
A estas reflexiones me lleva la contemplación de 'En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania (1900-1930)', el proyecto expositivo más completo realizado hasta el momento sobre el arte ucraniano de vanguardia en las primeras tres décadas del siglo XX. Pese al horror del conflicto bélico existente en este país, la voluntad sanadora y taumatúrgica del arte, junto a la inestimable ayuda de otras voluntades políticas y culturales, incluso con la implicación personal del presidente Zelensky, ha obrado el prodigio de reunir y mostrar una notable colección de obras de este importante periodo artístico en Ucrania.
Aunque las circunstancias sociopolíticas que marcaron esta etapa histórica (entre otras, el estallido de la primera guerra mundial, la irrupción de la Revolución de 1917, la guerra de independencia de Ucrania o su posterior anexión por el régimen soviético), no fueron nada propicias, lo cierto es que al mismo tiempo asistieron a un auténtico renacimiento cultural y artístico en ese país.
Buscar la especificidad
Es pues una buena oportunidad de presentar por vez primera en España, en el Museo Thyssen de Madrid como escenario, un periodo notable pero poco conocido de esta vanguardia artística europea, con figuras de referencia mundial como Alexandra Exter, Wladimir Baranoff-Rossiné o Sonia Delaunay, que nacieron e iniciaron sus trayectorias artísticas en Ucrania. Junto a ellas podrán verse también trabajos de sus principales representantes, como Oleksandr Bohomazov, Vasyl Yermilov, Davyd Burliuk, Viktor Palmov y Anatol Petrytsky, entre otros.
La muestra reúne un total de 69 obras pertenecientes a diversos registros expresivos (pintura, dibujos, 'collages' o diseños teatrales), que proceden fundamentalmente del National Art Museum of Ukraine y del Museum of Theatre, Music and Cinema of Ukraine, y de algunas colecciones privadas, y ha contado con el entusiasta apoyo de Francesca Thyssen-Bornemisza, miembro del Patronato del Thyssen. Posteriormente viajará al Museo Ludwig de Colonia, y no se descarta alguna itinerancia más.
Un proyecto de estas características, en el que prima una visión historicista, debía por fuerza estructurarse según criterios cronológicos. Así, se articula en torno a siete secciones. Obviamente, no todos los apartados expuestos gozan de la misma importancia. A mi juicio, los más destacados, y los que han impreso una huella más visible dentro del propio devenir de las vanguardias europeas, serían los siguientes.
En primer lugar, y también el que marca el punto de partida cronológico de este proyecto, nos encontraríamos con la influencia que el Futurismo y sobre todo el Cubismo, dos de las tendencias de vanguardia de preguerra más seminales, iban a ejercer sobre los jóvenes artistas ucranianos, que buscaron un territorio intermedio entre los preceptos de estos movimientos y la tradición de su arte autóctono. Nombres como Alexandra Exter, los hermanos Burliuk, Bohomazov o Vadym Meller, dan buena cuenta de todo ello.
Por otra parte, una sala dedicada al diseño escenográfico y teatral, una disciplina artística que tendría mucho recorrido en todo el ámbito eslavo, y que llevaría a las principales ciudades de Ucrania a desarrollar activos centros de experimentación teatral, en los que convivieron en creativa armonía directores, dramaturgos, artistas y escenógrafos. En este sentido, quiero destacar de nuevo la figura de Alexandra Exter, quien abriría un taller en Kiev por el que desfilaron algunos de los escenógrafos más prominentes, como Meller, Petrytsky o Khvostenko-Khostov.
Privilegiar al diseño
Esta misma ciudad también acogió, como queda patente en otra de las secciones, el Instituto de Arte de Kiev, que tras el afianzamiento del régimen soviético después de la guerra civil incorporó nuevos métodos educativos, privilegiando en gran medida al diseño, y contratando a destacados profesores procedentes de toda la Unión Soviética, como Kazymyr Malevych o Vladimir Tatlin, entre otros.
Los demás capítulos, posiblemente de menor interés, aportan asimismo un nada desdeñable conocimiento de lo que fue la escena vanguardista local durante esas tres primeras décadas del siglo XX, hasta que finalmente la introducción en 1932 del Realismo socialista como único estilo oficial sumiera el panorama artístico ucraniano en una uniforme cartografía, carente del interés de épocas anteriores.
Exposición
'En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania (1900-1930)'
Colectiva. Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid. Paseo del Prado, 8. Comisarios: Konstantin Akinsha, Katia Denysova y Olena Kashuba-Volvach. Hasta el 30 de abril de 2023
Esta propuesta expositiva se complementa también con el lanzamiento por parte de la prestigiosa editorial Thames & Hudson (Londres, 2022) de una interesante publicación homónima, con ensayos de los comisarios de la muestra y otros autores.