Tilde a la vez en todas partes

Hay debates mucho más punzantes que el torpe bofetón que no deja de ser el último argumento de un incompetente. Como respuesta a una ironía, aunque fuese a una crítica despiadada, la bofetada es mucho peor que la tilde, convertida la pasada semana en una pasión desmedida de los españoles 'solotildistas'. Volviendo a los premios Oscar (de O calva) que se entregarán este domingo, las apuestas han encumbrado 'Todo a la vez y en todas partes', ese alarde de comedia mezclada con ciencia ficción que tiene en el centro a una familia inmigrante de origen chino que regenta una lavandería en la que se centrifugan los héroes y villanos de mil universos cruzados.

Compiten con Spielberg y su autoficción simbólica en 'Los Fabelman' y con Martin McDonagh y su impertérrita 'Almas en pena de Inisherin', entre otros. Cualquiera de ellos podría ganar o quedar a las puertas de la gloria. Es lo que tiene la suerte, que se diferencia de la ortografía en muchas cosas, y la gloria de asistir al debate de la inteligencia de los académicos no es la menor. Eso ya merecería al menos el Oscar 2023 a la polémica.