CRÍTICA DE:
'Instantes en la arquitectura' de Iwan Baan en Museo ICO: Un ojo omnipresente
FotografÍA
Testigo de los cambios de paradigma experimentados por la arquitectura en los últimos veinte años, el Museo ICO y PHE reúnen el aporte de este fotógrafo holandés
Lea otros textos de este autor
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónImagen de un hombre levantando pesas hechas con chatarra procedente del mecanismo de un ascensor. El individuo está en la azotea de la torre de 45 plantas en Caracas considerada la favela vertical más grande del mundo. Esta es una de las fotografías que ... integran la exposición retrospectiva sobre la obra del neerlandés Iwan Baan que puede visitarse actualmente en el Museo ICO.
-
'Design Doha': De lo regional y lo global
Fredy Massad
El mérito a destacar de la carrera de Iwan Baan es el de reflejar con suma claridad los cambios que se han producido en el contexto ideológico de la arquitectura en los últimos veinte años. Este fotógrafo y su cámara son participantes, quizá accidentalmente, de esta historia reciente: del periodo de transición que llevó de la era de opulencia y relaciones turbias de la arquitectura con el poder político y económico a la exaltación del populismo pobrista que advino tras la crisis de 2008. Baan es uno de los puentes que enlaza el icono más desaforado de Rem Koolhaas, el CCTV en Pekín -aparato de propaganda del régimen chino-, con el obsceno 'poverty-porn' del proyecto de investigación Torre David de Urban Think Tank.
El eslabón reconocido
Eslabón de conexión de las dos caras adoptadas por quienes son los grandes poderosos de la arquitectura de hoy. Su trabajo es lugar tanto para la obra de Zaha Hadid y Herzog & de Meuron como para la de Francis Kéré y Anna Heringer, revelando involuntariamente cómo las aparentes diferencias entre estas dos materializaciones comparten una misma sustancia ideológica de fondo.
Señala Mea Hoffmann en su texto para el catálogo de esta muestra, producida por Vitra Design Museum, que Baan rechaza la denominación de «fotógrafo de arquitectura». Tiene razón al hacerlo, porque cabría preguntarse si el éxito de su trabajo no se debe más a su proximidad con los contenidos creados por un 'instragrammer' que a los de un fotógrafo de arquitectura, según el sentido riguroso del término.
Aunque Hoffmann quiere sugerir que Julius Shulman y Ezra Stoller, con toda seguridad dos de los más importantes fotógrafos de la disciplina y aún referentes imprescindibles, son antecedentes directos de Baan, si se lo observa de cerca, se podrá ver qué poco hay en su trabajo de la poética de Stoller y la limpieza narrativa de Shulman. Y tal diferencia no es achacable al cambio social y cultural de los tiempos, los soportes técnicos o tecnológicos, sino porque la mirada de Baan es, en coherencia con estos tiempos, grandilocuentemente vana y autocomplaciente.
Sus fotografías, a priori se contraponen al planteamiento predominante, que prioriza la representación purista (en ocasiones incurriendo incluso en la sublimación) del edificio. Baan opta por representar la supuesta «realidad viviente» del edificio, incorporando personas recorriéndolo y utilizándolo, mostrándolo emplazado dentro del paisaje urbano del que forma parte (recalcando a menudo su intensa diferencia respecto a este). Sin embargo, pese a esta supuesta 'naturalidad' que estaría lanzando una mirada crítica, en su fotografía no existe tal cuestión, sino que parece más bien complacerse observando la realidad pasivamente y con conmiseración a través de su objetivo primermundista. Baan debe haber dado la vuelta al mundo un millar de veces; no obstante, ve la realidad desde la altura, sin parecer querer involucrarse de ninguna manera con muchas de esas realidades que sitúa frente a su cámara.
«Baan cumple un papel importante a la hora de otorgar visibilidad a determinadas personas, proyectos y culturas, lo que contribuye a que el discurso occidental las reconozca. Por extensión, sus imágenes de edificios no solo reflejan el 'statu quo', sino que también interactúan con el canon arquitectónico y ejercen una influencia sobre él», escribe Hoffmann. También esto es cierto, pero es necesario preguntarse en qué sentido, porque más que «fotógrafo de arquitectura», seguramente Baan es más bien un «contador de historias».
Otro 'storyteller' contemporáneo: un narrador de relatos prodigiosos y falsos, como el que contribuyó a construir en torno a la antes mencionada Torre David, que permitió que tanto él como Urban Think Tank ganaran el León de Oro en la Bienal de Venecia de 2012. Un relato que pretendía presentar como hermosa utopía social la supervivencia en un edificio infecto habitado por personas al margen del sistema o abandonadas por este.
Iwan Baan
'Instantes en la arquitectura'. Museo ICO. Madrid. C/ Zorrilla, 3. Organiza: Vitra Design Museum. Comisaria: Mea Hoffmann. Hasta el 8 de septiembre. Dos estrellas.
Es por ello por lo que epítetos superlativos, recursos de mera retórica hueca como el de que «Baan es un icono en sí mismo», que formula Beatrice Galilee, terminan no siendo inofensivos porque acaban nutriendo un discurso que necesita una revisión de su integridad y coherencia, como el del discurso mediático de la arquitectura contemporánea.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete