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Picasso no es un santo
Las obras de arte tienen sus leyes, distintas de las morales
François Villon escribió su emocionante 'Balada de los ahorcados' cuando esperaba ser uno de ellos. A Benvenuto Cellini le acusaron de asesinatos, en plural. Caravaggio tuvo que huir de Roma, por esa misma causa. Góngora fue un canónigo amante de los ... naipes y de otras diversiones. A Quevedo le acusó Lope de 'venenoso', participó en aventuras muy dudosas. Oscar Wilde estuvo en la cárcel por su conducta inmoral. Wagner no tuvo problemas para sacarle dinero a Luis II y fue antisemita. Juan Ramón Jiménez era un egoísta que corregía a su mujer pasajes de su diario íntimo, para dejar una mejor imagen. La ideología de L.F. Céline es terrible. Pablo Neruda escribió una 'Oda a Stalin'. Luis Cernuda atacó a sus compañeros de generación con amargo resentimiento. Luis Miguel Dominguín no era un modelo de fidelidad conyugal... Pero todos ellos fueron grandes artistas, nos regalaron belleza.
Desde el lado contrario, conozco a honrados padres de familia, a ciudadanos que cumplen todas sus obligaciones y escriben poemas o novelas mediocres. Y lo que es peor, a ministras que pasarán a la historia por distinguir «niños, niñas y niñes».
El año que viene se cumplen los cincuenta de la muerte de Picasso y ya han surgido voces cuestionando que se celebre a alguien que trató tan mal a sus mujeres. Solo la estupidez y el buenismo actual lo explican.
Solo la estupidez y el buenismo actual explican que se cuestione conmemorar su muerte
Hasta la escolástica de Santo Tomás de Aquino nos enseña que la obra de arte tiene sus propias leyes, distintas de las leyes morales. Si busco ejemplos de bondad personal, pensaré en Francisco de Asís, Teresa de Calcuta o Sor Ángela de la Cruz. Si quiero leer gran poesía, elegiré a Quevedo y a Góngora.
Picasso no era un santo. Desde su exilio, se sentía profundamente español y fue un artista universal. Para los nuevos inquisidores, quizá eso es un pecado más.