Noche de San Juan

Cristianiza la noche de San Juan viejos ritos del solsticio de verano: en España, hogueras, baños mágicos, verbenas mediterráneas…

Esa noche es la de ' El sueño de una noche de verano', de William Shakespeare, con el travieso Puck y su mundo 'feérico' (de hadas). Inspiró a Mendelssohn y una ópera de Britten; películas de Ingmar Bergman ('Sonrisas de una noche de verano') y Woody Allen ('La comedia sexual de una noche de verano').

Le dio la vuelta Sondheim en el musical 'A little night music', con la preciosa canción 'Send in the clowns' ('Que entren los payasos').

La noche de San Juan es tema predilecto en nuestros romances, como 'La misa de amor': «Mañanita de San Juan, /mañanita de primor, / cuando damas y galanes / van a oír misa mayor». La belleza de la dama lo revoluciona todo: «El abad que dice misa / ha cambiado la lición; / monaguillos que le ayudan / no aciertan responder, non. / Por decir: Amén, amén, / decían: Amor, amor».

La trágica historia del conde Olinos comienza así: «Madrugaba el conde Olinos, / mañanita de San Juan, / a dar agua a su caballo / a las orillas del mar». La venganza de la reina no impide la unión eterna de los dos enamorados: «De ella nace un rosal blanco; / de él, un espino albar. / Crece el uno, crece el otro, / los dos se van a juntar».

Y la de 'El conde Arnaldos': «¡Quién hubiese tal ventura / sobre las aguas del mar / como hubo el conde Arnaldos / la mañana de San Juan!». Concluye con una música que nos lleva, no sabemos a dónde: «Yo no digo mi canción / sino a quien conmigo va». ¡Feliz noche y mañana de San Juan!