Rodrigo Blanco Calderón - EL ANIMAL SINGULAR
La despedida de un extranjero
Si algo diferencia a la literatura de la vida es que en aquella podemos reparar las lagunas y los errores cometidos en esta. Me sucede con Almudena Grandes
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Iniciar sesiónEl instinto y la mera educación recomiendan al extranjero no inmiscuirse demasiado ni en las alegrías ni en las tristezas colectivas de su país de acogida . Su función en estos casos es la de contemplarlas a través del cristal de su propio extravío, ... cotejarlas con las de su antigua vida y encontrar en ese reflejo una imagen verdadera. Esta reflexión es el resultado del impacto que me han producido las reacciones al fallecimiento de Almudena Grandes.
Desde que circuló la noticia este 27 de noviembre, las trincheras habituales del mundo cultural español parecieron en suspenso. El campo de batalla verbal decretó una pausa para dejar pasar la compungida caravana de los múltiples recuerdos que sembró la autora en sus miles de lectores y entre sus amigos. Mi impresión era aún más honda precisamente por no ser yo un lector de su obra. Recuerdo que hace muchos años le regalé un ejemplar de 'Malena es un nombre de tango' a una muchacha con la que estaba saliendo, solo para impresionarla. Ya desde entonces el nombre de Almudena Grandes era una referencia. Pasó el tiempo, terminé viviendo en España y hasta el día de hoy sigo sin leerla. Dos prejuicios, veo ahora, se impusieron. El de la incursión de Grandes en lo que con tino Alberto Olmos ha llamado «la novela popular» y, sobre todo, las posiciones bastantes acríticas con respecto al régimen chavista por parte de la escritora. En un artículo de 2019, cuando la tragedia venezolana ya había alcanzado la categoría incuestionable de crisis humanitaria, Almudena Grandes afirmaba que ella todavía no sabía muy bien lo que en realidad estaba ocurriendo en Venezuela. Un despiste que costaba creer de parte de una mujer tan inteligente e informada.
Y sin embargo, al ver la reacción dolida y nostálgica de todo un país por una de sus más populares y polémicas autoras, no puedo sino sentirme un poco estúpido por no haberla leído antes . Si algo diferencia a la literatura de la vida es que en aquella podemos reparar las lagunas y los errores cometidos en esta, pues los autores pasan a una segunda y más larga existencia a través de sus obras.
Esta contrición lectora viene, también, impulsada por el hecho de que los únicos factores que han desentonado en este duelo han sido de orden político . Un tuit aborrecible de una municipalidad de Vox, otro tuit poco elegante de una autoridad catalana, un tuit no publicado por alguna autoridad madrileña. Y todavía una razón más: escamotearle el justo reconocimiento a la vida y obra de un creador por meros motivos ideológicos ha sido la marca institucional de las dictaduras de diverso signo.
En Venezuela, artistas de primer nivel como Eugenio Montejo, Adriano González León, Simón Díaz o Guillermo Sucre , fueron ninguneados por los matarifes que todavía hoy detentan el poder. La celebración de sus legados ha sido un esfuerzo exclusivo de la sociedad civil venezolana, entre quienes, mal que bien, me incluyo.
De modo que mi plan para terminar este difícil 2021 es agenciarme un ejemplar de 'Las edades de Lulú' , como un modo de decirle a este atribulado país que yo también quiero formar parte de sus alegrías y de sus llantos.
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