No hay que teñirse de rubia para ser fotógrafa

Joana Biarnés fue una pionera en el gremio , lo mismo que la también olvidada Piedad Isla (no perderse su documental en «La voz de la imagen», en www.lavozdelaimagen.com ). No había en aquellos tiempos muchas mujeres fotógrafas que quisieran teñirse de platino o hacerse las tontas para cumplir con su profesión y pasión por encima de incomprensiones y machismos. Había que tener arrestos y una réflex tomada prestada del estudio de tu padre (Biarnés) o comprada con los ahorros (Piedad Isla).

Menos mal que el trabajo de aquellas que pusieron la primera foto en el álbum en femenino, pese al no reconocimiento público, no cayó en saco roto. Las generaciones posteriores han dado y siguen dando unas profesionales excelentes . Pongamos otro ejemplo, el último premio Internacional de Fotografía de Alcobendas , por cuyos laureles han pasado Alex Webb y Cristina García Rodero , entre otros, le ha concedido el galardón a otra pionera, en este caso mexicana: Graciela Iturbide . Como he sido miembro del jurado (junto con Castro Prieto , Pablo Juliá , Marga Sánchez , Ignacio García de Vinuesa , Belén Poole y Yolanda Sanchís ) puedo contar que de los ocho nombres que fueron propuestos entre todos, cinco eran mujeres y sin necesidad de forzar la velocidad del objetivo.

Y seguimos sumando mujeres en el retrato final de grupo. En este caso, las que forman parte de la exposición que encabeza Joana Biarnés en Barcelona con el título de «De la sombra a la luz». Tres generaciones , la de la ya citada, la de Sandra Balsells (Barcelona, 1966) y la de Laia Abril (Barcelona, 1986). Si Biarnés se jugó el tipo frente a una sociedad prejuiciosa y machista, Sandra Balsells se curte de primeras en la guerra de Yugoslavia , donde regresa años más tarde para captar el instante detenido de los supervivientes («Balkan in memoriam», Blume , 2002). Estos son sus trabajos más conocidos.

Laia Abril tampoco se anda con tonterías en el momento de enfocar su objetivo: «Femme Love», basado en una joven comunidad lésbica en Brooklyn ; «Last Cabaret», en un club de sexo en Barcelona, y «The Asexuals Project», un documental sobre la asexualidad , son algunos de sus trabajos. El año pasado, precisamente, ganó el premio revelación de PHotoEspaña y también ha recibido el premio de Fotografía «Madame Figaro» con una serie de imágenes sobre la historia de la misoginia . Todo menos generalizar sobre el género.

En las salas de la Fundación Setba exponen sus trabajos junto con los que han realizado con un grupo de mujeres víctimas de la violencia machista. Las fotógrafas dejan de ser fotógrafas para ser fotografiadas por estas mujeres maltratadas.