UNA MIRADA ACADÉMICA
Macana, macanear...
Es una de esas palabras que, además de marcar su geografía -tanto por su origen como en sus diferentes acepciones es voz propia de América- traspasa varios ambientes sociales

Tenemos la misma lengua, pero, ante alguna palabra, los hablantes de español, percibimos reflejos distintos. Hay algunas voces que se logran irisar de mil sentidos, son las que resultan más difíciles de describir en un diccionario. Si oímos o leemos, como llega ... desde Santo Domingo , «Esa macana que anida en cada corazón. . .» ¿Qué entendemos por macana? Desde luego percibimos un eco americano. En el diccionario encontramos macana, macanudo y macanudez con marcas americanas en casi todas sus acepciones. Tres palabras cuyo parentesco etimológico es claro. La palabra base de esta pequeña serie es macana.
Vayamos al diccionario. La serie allí se nos amplía, macanear, macaneador-macaneadora, macaneo también pertenecen a la misma serie; tanto por su origen como en sus diferentes acepciones es voz propia de América. La lista se alarga mucho más en el diccionario de americanismos de ASALE (2010): ¡macana!, macanada, macanazo, macaneador, macaneo, macanero… Si además consultamos los diferentes diccionarios de americanismos por países, macana se muestra en todos camuflada convenientemente con diferentes matices.
En una relación comercial macana se presenta como «mercancía que por deterioro o falta de novedad es de difícil salida»
Enfocando solo el femenino macana, veremos algunos de los sentidos que han quedado recogidos. El padre Las Casas c uenta que ya Colón, «supo qué cosa es macana» y Fernández de Oviedo se detiene en aclararla a sus lectores: «La macana es un palo algo más estrecho que quatro dedos, e gruesso, e con dos hilos, e alto como un hombre o poco más o menos…». Era pues un «arma que tenía forma de palo» y, a partir de ahí, el diccionario lo recoge como «garrote, porra o machete». Ese cambio metafórico puso en la pista de despegue metafórico a la palabra. Por su forma, se recoge como «instrumento de labranza», «pala de mango largo» y en algunos sitios, «pene».
Por lo que provoca es «situación desagradable»; y de aquí, «mentira o trola», único significado de macanear «mentir», macaneadora «mentirosa» y macaneo «engaño». En una relación comercial macana se presenta como «mercancía que por deterioro o falta de novedad es de difícil salida». Cuando la mentira es una trola sin importancia, macana solo es «broma, chanza». Posiblemente el primer hablante que usó el adjetivo macanudo para algo «magnífico , extraordinario, excelente» lo utilizaría irónicamente y tuvo éxito. ¡Vaya si lo tuvo! Hoy es un adjetivo característico del cono sur americano. Macana es una de esas palabras que, además de marcar su geografía, traspasa varios ambientes sociales y permite ser matizada por cada hablante. Esa macana que anida en cada corazón es camaleónica
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