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ABC Cultural

Gabriel Tortella: «La revolución burguesa fue mucho más importante que la revolución rusa»

El profesor de economía e historiador que se formó y enseñó en universidades de Estados Unidos publica en Gadir su ambicioso ensayo «Capitalismo y Revolución», que abarca los últimos 250 años de la historia del mundo

Gabriel Tortella, a la mesa de su despacho, su santuario MAYA BALANYA
Alfonso Armada

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Nacido en Barcelona hace ochenta años, dos herencias afloran en cuanto se tiene la oportunidad de sentarse a escuchar a Gabriel Tortella: el liberal Colegio Estudio, hijo de la Institución Libre de Enseñanza, donde estudió de niño, y los años que pasó como universitario y ... como profesor en Estados Unidos. Pero hay una manera de disfrutar del placer ya ucrónico de ser su alumno: leyendo sus libros, en particular el más reciente, «Capitalismo y Revolución. Un ensayo de historia social y económica contemporánea», que acaba de publicar Gadir. Un apasionante viaje por los últimos 250 años del mundo que nos ayuda a saber de dónde venimos, quiénes somos y qué podemos esperar. Hijo de universitarios, casado en terceras nupcias con una española tras una estadounidense y una mexicana, sin hijos, Tortella ríe con facilidad. Tiene maneras afables y el rostro esculpido de un director de escena polaco, pariente lejano de Tadeusz Kantor. Es tan cordial como riguroso. Vive junto a la plaza de los Reyes Magos, a un tiro de piedra del parque del Retiro madrileño. Economista e historiador, doctor en Economía por Wisconsin y en derecho por la Complutense, ha enseñado en Chicago, California, Harvard, Columbia, el Colegio de México y Buenos Aires. Presidente de la Asociación Internacional de Historia Económica, en 1994 obtuvo el Premio Rey Juan Carlos de Economía. Su casa es un compendio de su vida: amplia, luminosa, con un cuarto de trabajo lleno de libros, música clásica, fotografías y cuadros, recuerdos de viaje como una preciosa escultura de madera mexicana de dos gatos pegados por la nariz y una caricatura de Fernando Puig Rosado que le retrata en la cárcel franquista que padeció, con una tarta coronada de velas sobre la paradigmática bola de preso. Contra las anteojeras de la ideología, Gabriel Tortella es un maestro de pensar.

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