Las formas de la forma de Santiago Navarro (Aarón)

Santiago Navarro es profesor de escultura de la Universidad de Sevilla , pero como artista adoptó precisamente este heterónimo de Aarón, tal vez para diferenciar así sus dos ocupaciones . Sin embargo, en su trabajo como artista y como escultor es evidente que la suya es la obra de un profesor, a quien sobre todo le preocupan los problemas teóricos de la escultura. Así, el esfuerzo fundamental al que se dirige todo su trabajo le arrastra a una investigación sobre el problema general de la forma.

La forma no es más que el nombre latino que le dio Cicerón a su traducción del concepto griego de idea platónica . De este modo, por un lado, la forma es el aspecto visible de una cosa, pero, por otro, también es el principio activo que, según la tradición filosófica, determina y configura la materia.

Para un escultor no resulta nada fácil acercarse a una forma que no haya sido explorada , configurada y conformada cientos y miles de veces. Y ello no se refiere tan sólo a las formas de la escultura tradicional, sino también a aquellas otras que han cristalizado en los objetos que son para nosotros de uso cotidiano. Por eso Santiago Navarro explora las formas, tratando de encontrar su principio general de conformación. Y, para ello, se aleja explícitamente tanto de las formas de la tradición escultórica, ya esclerotizadas, como también de los instrumentos y utensilios que nos rodean. Así se dirige inicialmente hacia el objeto encontrado . Como artista insiste mucho en la importancia del caminar como otro modo de pensar . Pero no acepta como «object trouvé» cualquier desecho humano arrojado por el campo, sino que busca de algún modo las formas en el momento mismo de su conformación .

Santiago Navarro las denomina «Lebensformen» , es decir, «formas vivientes», y se refiere con ello a ese territorio fascinante de la aparición de lo orgánico y viviente, a partir de lo inorgánico y mineral. Estudia atentamente estas formas, analiza su estructura y su composición. Las dibuja, con un virtuosismo sorprendente , casi fotográfico, o desarrolla su apariencia estructural en otros materiales. No reduce así la riqueza de estas formas originarias al frío análisis de la geometría , sino que compone y descompone su conformación en cartón, en yeso o en madera, tratando de encontrar con ello nuevos recursos expresivos y formales para la escultura.

De algún modo su investigación recuerda el laboratorio de tizas de Jorge Oteiza . Pues ciertamente aquí hay mucho de investigación formal y de laboratorio experimental. A él le une una intensa meditación sobre la escultura que, en el caso del artista vasco, se terminó plasmando en su maravilloso «Propósito experimental» . De hecho, en esta exposición nos encontramos también aproximaciones al cubo que rememoran de algún modo las especulaciones de Jorge Oteiza en sus cajas metafísicas . Ello no quiere decir en modo alguno que, ante los mismos problemas, Santiago Navarro se encuentre con las mismas soluciones, sino más bien que los modelos de análisis formal difícilmente pueden evitar volver a conducirnos por los mismos derroteros . Por eso, además, Santiago Navarro se concentra deliberadamente en aquellas formas a las que, como Goethe , denomina también «Urfomen» (formas originarias), aquellas, anteriores e independientes de lo humano , en las que la vida se conforma.

Para la realización de este proyecto, recibió el artista una de las becas Daniel Vázquez Díaz de la Diputación de Huelva, correspondiente al año 2014. La beca supone una ayuda para la producción de la obra y contempla también la exposición de la misma al finalizar el proyecto. Mediante el dibujo, la fotografía, el vídeo y por supuesto también mediante la escultura, Navarro presenta en esta muestra una especie de lección magistral acerca de los problemas de la escultura contemporánea. Lección en la que el artista medita acerca de la forma general de las formas.