LIBROS
‘El embrujo de España’, múltiples fascinaciones
Libro magistral de Richard Kagan, traducido con precisión y un profundo amor a nuestro idioma
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Iniciar sesiónFue la infanta doña Eulalia de Borbón , una mujer de indiscutible belleza, la primera persona de la familia real española que cruzó el Atlántico y visitó Estados Unidos. Su objetivo fue asistir en Chicago, en 1893, a la ‘Exposición mundial de Colón’. Esta ... se había organizado con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América, que causaba furor. Según menciona Richard Kagan en este libro magistral, traducido con precisión y amor al idioma por Pablo Sánchez León, su presencia fue un absoluto desastre. La infanta, todo un carácter , resulta que fumaba y eso molestó sobremanera a las anfitrionas.
Aunque declararon el 8 de junio ‘Día de la infanta Eulalia’, esta entre cigarro y cigarro las exasperó por su «arrogancia» y aire «liberal e independiente». O sea, que tenía opinión propia : quizás pensaron que una infanta de España sería tonta. Tras su marcha, el periódico ‘Tribune’ publicó un editorial que hoy suena hilarante: «La realeza es en el mejor de los casos un cliente molesto para los republicanos y la realeza del tipo español es la más molesta de todas». El abismo entre la expectativa y el juicio a su conducta «reprobable», constituye uno de los muchos ejemplos que contiene este volumen, resultado de muchos años de investigación.
Sinfonía de interpretaciones
También se puede leer, dada la densidad de los argumentos y la sinfonía de interpretaciones que contiene, como una memoria intelectual del autor en relación con una nación, España, a la que ha dedicado su vida y obra. Sería muy pobre calificar a Richard Kagan solo como hispanista, en el sentido en que este término nunca quiso decir mucho, ni para bien (aunque todavía algunos acomplejados lo defiendan), ni porque defina una actitud precisa.
Por decirlo de otro modo y en el sentido de una alabanza y un agradecimiento, aquí no se estudia el hispanismo estadounidense, tan confundido hoy con los estudios llamados «culturales», dedicados a minorías y resentimientos varios, sino un fenómeno cultural y emocional, mucho más importante y fascinante , la hispanofilia. Esta puede, o no, ser coincidente con el primero, o lo que quede de su tradición en las universidades estadounidenses actuales.
También se puede leer como una memoria intelectual del autor en relación con una nación, España, a la que ha dedicado su vida y obra
En los seis capítulos Kagan estudia una pasión que conmueve y literalmente contamina y se apodera del lector , desde la primera a la última página. ¿Cómo puede ser posible que Charles F. Lummis, un señor de Massachusetts, primordial en la configuración de la «leyenda blanca» sobre España y autor de un libro que sigue publicándose en nuestros días, ‘Los conquistadores españoles del siglo XVI’ (1914), furibundo alegato a favor de la colonización española en América por su tratamiento humanitario de los indígenas (que amaba profundamente), nunca lograra visitarla? Lummis señaló nueve años antes de morir: «Sería una experiencia suprema en mi vida estar en España aunque fuese por apenas un mes, rastrear las fuentes secretas de las que brota esa corriente inigualable de conquista y colonización, sería estar mucho más cerca del cielo de lo que nunca esperé alcanzar».
Como Lummis , también folclorista, se interesaba por los nativos, acabó defendiendo a España (su biografía de wikipedia esconde con descaro este aspecto). Si en la introducción Kagan trata «la fiebre española», los epígrafes sucesivos, la ‘España bravía’; la ‘España soleada’; el Hispanismo y la ‘Hispanic Society’; los coleccionistas y el coleccionismo; los ‘Castillos españoles de verdad’, con figuras como el arquitecto Ralph A. Cram, dedicado a recrear edificios de ‘estilo español’ para los magnates (no hay más que ver ‘Ciudadano Kane’ ); y la ‘Llamarada española’, contienen líneas memorables sobre cine y literatura. La conclusión resulta tan provisional como inevitable. Esta es una historia de amor de ida y vuelta, que mira también hacia abajo y a los lados, con acento mexicano e hispanoamericano. Es la llamada ‘Ley de Longfellow’ (el poeta): el interés estadounidense por España es una consecuencia directa del que existe previamente, entre pragmático e inevitable, por Hispanoamérica.
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