LIBROS
Tom Wolfe y «Bloody Miami», una experiencia física
Cautivarnos, divertirnos, asombrarnos. Todo eso logra Tom Wolfe con su nueva novela, «Bloody Miami», en la que vuelve a hacer lo que mejor sabe: practicar el arte del exceso
Tom Wolfe y «Bloody Miami», una experiencia física
Es posible que usted se pregunte, al ver la foto de Tom Wolfe de la solapa, si se atreve a leer un libro escrito por un personaje tal. Sí, incluso en el caso de que ya haya visto otras fotos de Tom Wolfe y conozca ... de sobra su elegancia sureña y su pasión por los cuellos de celuloide y los trajes blancos de mitológica perfección. Pero no se asuste. El tipo es raro, es cierto, parece más un «cowboy» loco que un escritor , pero el libro le envolverá, le asombrará y le arrastrará.
¡Qué energía, Dios mío! ¡Qué locura! Hay algo maravilloso, casi conmovedor, en el esfuerzo desmesurado que pone Wolfe para lograr los efectos que desea. Podríamos hablar de «exageración», pero eso implicaría que no nos creemos la historia que nos cuenta, y aunque es cierto que Wolfe practica un arte del exceso y que todo en esta novela es excesivo (el dolor, el placer, las mentiras, la temperatura, el miedo, el resentimiento, los barcos, la riqueza, la mezquindad, el brillo, la sombra, una soga), también es cierto que resulta creíble, casi demasiado creíble, y también que empatizamos inmediatamente con las sensaciones y sentimientos de sus personajes. Sensaciones y sentimientos que llenan la novela a raudales, y que se evocan con una verdadera furia de metáforas, onomatopeyas, comparaciones, ruidos, efectos tímbricos y rítmicos que desafían cualquier noción de «buen gusto» y que casi logran romper el género novelesco para trasladarnos a una especie de película sensorial, a una experiencia física.
Razas, sexo, la familia, la pareja, la política... Cinco estrellas, sin dudaTodo lo que está en la página pretende cautivarnos, divertirnos, asombrarnos, y sobre todo, hacernos sentir. Ningún lector puede pedir más. La traducción de Benito Gómez Ibáñez, por otra parte, refleja toda la exuberancia y la locura verbal de Tom Wolfe a la perfección.
Como es habitual en él, Wolfe se ha documentado muy extensamente y sobre todo ha hablado con mucha gente antes de ponerse a escribir. Parte de la fascinación de sus novelas proviene de la certidumbre de que todo aquello que nos cuenta (los materiales de los cristales de un coche pero también los entresijos de la política local) está rigurosamente documentado, por mucho que luego el chorreante pincel expresionista del autor haya querido cargar colores y contrastes hasta el límite.
Ed Topping y John Smith
En este caso, el tema es la tórrida, emergente ciudad de Miami, en estos momentos quizá una de las más vitales de Estados Unidos. Si usted pensaba que Miami era un simple oasis cursi de palmeras y bares de mojitos , mire otra vez. Miami aspira a la grandeza, y eso en Estados Unidos es ya estar a medio camino de lograrla.
Como es habitual en él, Wolfe organiza su novela por grupos de personajes que provienen de entornos sociales muy diferentes entre sí y a los que retrata con enorme riqueza de detalles psicológicos y sociológicos. No se preocupen, que no les cuento la trama. Pero sí les hablaré de algunos de los personajes.
Todo en esta novela es excesivo (el placer, la mezquindad, una soga)Empecemos por Néstor Camacho, un policía de origen cubano que se ve obligado a detener a un inmigrante ilegal y se convierte así en blanco del odio irracional de la comunidad cubana, que le ve como un traidor. Ed Topping, el nuevo director del «Miami Herald», feliz de haber logrado la exclusiva de la historia de Camacho gracias a la habilidad de un joven periodista llamado John Smith. El propio John Smith, un principiante que resulta casi demasiado hábil y que cree haber descubierto que la mayoría de las donaciones que ha hecho el millonario Korolyov al museo de arte (tantas que las autoridades han decidido darle al museo su nombre) son falsificaciones, una noticia que sería fatal para la ciudad, pero también para Topping. Magdalena, la bellísima novia de Néstor, que trabaja como enfermera de un conocido psiquiatra especializado en adicción a la pornografía de internet y es, él mismo, un adicto al sexo, al lujo y a las orgías en los yates . Un profesor universitario de origen haitiano que sueña con hacerse pasar por francés y se desespera al ver que su hijo se relaciona con gentes de color…
Razas, sexo, la familia, la pareja, la política, el arte, las profesiones, la corrupción, todas las emociones humanas… Y un nuevo signo de puntuación parentético [::::::], que Wolfe utiliza para transmitir los más hondos pensamientos de sus personajes. Cinco estrellas, sin duda.
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