Pablo Álvarez, el astronauta español: «No puedo esperar a vernos en una nave rumbo a la Luna»

Además de su licenciatura en ingeniería aeronáutica de la Universidad de León, se graduó con una maestría en ingeniería aeroespacial de la Universidad Tecnológica de Varsovia (Politechnika Warszawska) en 2011. Junto a su lengua materna, el español, habla con fluidez inglés, polaco y francés. Ha trabajado para Airbus y Safran en España, Reino Unido y Francia. Mientras se desempeñaba como arquitecto mecánico del rover ExoMars en Airbus Defence and Space en el Reino Unido, sus responsabilidades incluyeron el desarrollo del procedimiento de integración de la unidad de calentamiento de radioisótopos en conjunto con la Agencia Espacial Rusa ROSCOSMOS y la ESA.

También había participado previamente en el diseño, desarrollo y pruebas de los diferentes biosellos del rover ExoMars, para prevenir la contaminación biológica. Había recalado en las responsabilidades de Project Manager para las operaciones de Airbus en España cuando se presentó a la prueba y fue seleccionado junto a sus cuatro compañeros entre los 22.500 solicitantes para formarse como astronauta.

«Viniendo de la industria, creo que entiendo bien el nivel de excelencia en ingeniería que podemos lograr trabajando justos todos los europeos», ha expuesto en sus primeras declaraciones públicas durante el entrenamiento, en las que ha expresado también cierta impaciencia, «no puedo esperar a ver a alguno de nosotros realmente en una nave y poniendo rumbo al módulo espacial europeo o en dirección a la Luna».

Entre las misiones más probables para las dos mujeres y tres hombres están los vuelos a la estación espacial ISS y el programa Artemis, que tiene como objetivo llevar a la gente a la Luna nuevamente. Este primer mes, el entrenamiento básico de los futuros astronautas ha consistido principalmente en clases de biología y física, así como entrenamiento deportivo. «Yo ya estoy ansioso por comenzar con las lecciones prácticas», ha confesado durante la rueda de prensa de presentación el médico belga Marco Sieber. Después del primer bloque de entrenamiento, de un total de doce meses de duración, serán asignados a sus misiones y comenzarán con la capacitación específica, que se adaptará a las respectivas tareas que deban desempeñar. Y en la primavera de 2024, recibirán su título oficial de astronautas de la ESA.

La historia de Pablo Álvarez Fernández (España), Rosemary Coogan (Irlanda del Norte), Sophie Adenot (Francia) Raphaël Liégeois (Bélgica) y Marco Alain Sieber (Suiza) se convierte en un referente para millones de jóvenes europeos, o al menos así lo considera la ESA. «Para cada uno de nosotros puede ser muy especial», ha reconocido Álvarez, que recuerda que de niño «lo que me inspiró fue ver a astronautas anteriores, como en el caso de España a Pedro Duque». «Estoy seguro de que cada uno de nosotros puede verse reflejado en alguien», ha respondido sobre sus referentes.

Álvarez ha confesado en varias ocasiones que lo más difícil hasta ahora fue el secreto que debió guardar sobre el proceso de selección, incluso a su propia familia. Su hermana se enteró por los periódicos «y he tenido que pedirle perdón por eso», mientras que a sus padres solamente pudo decirles que había sido seleccionado la noche anterior al viaje en el que sería oficialmente anunciado.

Sus instructores esperan ahora de ellos la máxima entrega y coinciden en que las expectativas se están viendo cumplidas «desde el primer momento». «En estas semanas hemos crecido como equipo», hace balance por su parte la francesa Sophie Adenot, que destaca que cada uno de ellos aporta experiencia específica en campos tan diversos como la astronomía, la física, la neurociencia o la medicina.