Obama plantea un cambio radical para las ambiciones espaciales de EE.UU.
La nueva estrategia relega el retorno a la Luna para concentrarse en objetivos más ambiciosos como Marte
Junto a las torres de Cabo Cañaveral que han servido como punto de lanzamiento para las grandes gestas espaciales de Estados Unidos, el presidente Barack Obama ha confirmado este jueves su nueva y criticada política para la NASA . Un ... plan que supone olvidarse de un pronto retorno a la Luna para concentrarse en el desarrollo de tecnologías que permitan algún día poder llegar hasta asteroides y alcanzar objetivos mucho más ambiciosos como Marte.
Ante los intensos reproches generados por sus planes presupuestarios, Obama se ha declarado "cien por cien comprometido" con el programa espacial americano, al que ha calificado como una indispensable necesidad económica y no un lujo. Sin dudar en que la NASA representa en cierta manera lo mejor de Estados Unidos: "Apuntar hacia nuevas alturas y alcanzar lo que es posible".
Al mismo tiempo, el presidente ha reiterado su disposición a introducir cambios radicales para volver a cosechar grandes triunfos y restaurar el liderazgo de Estados Unidos en un frente económico vital que mueve al año más de 260.000 millones de dólares por todo el mundo. "Nadie está más comprometido que yo en lo referente a misiones espaciales tripulados. Pero tenemos que hacerlo de forma inteligente, no podemos seguir haciendo las mismas cosas viejas", aseguró Obama.
Objetivos ambiciosos y lejanos
El mandatario norteamericano se ha comprometido al desarrollo de un sistema de cohetes de largo alcance. Con una inversión estimada en 3.000 millones de dólares en busca de la capacidad necesaria para transportar toneladas de equipo y tripulaciones de astronauta más allá de la órbita terrestre. Y el compromiso de empezar a tomar decisiones concretas sobre esa nueva arquitectura espacial para el 2015 , con las primeras pruebas previstas para el 2025.
La otra cara de la reinvención de la NASA planteada por el presidente Obama supone un punto y final para el Proyecto Constelación destinado a colocar de nuevo, antes de 2020, astronautas americanos sobre la superficie lunar con ayuda de grandes cohetes al estilo de los utilizados en las misiones Apolo. A pesar de que la Agencia Espacial de Estados Unidos ha invertido seis años de trabajos y 9.000 millones de dólares en ese proyecto, la Casa Blanca tiene claro que es algo inviable, plagado de retrasos y costes disparados.
A modo de limitada concesión, solamente se seguirá adelante con el desarrollo de la capsula Orión . Pero limitada exclusivamente a una versión sencilla que sirva como una especie de "bote salvavidas" para las tripulaciones de la Estación Espacial Internacional . Según Obama, la NASA tiene que concentrarse en objetivos ambiciosos y lejanos, más allá de la órbita terrestre.
Para mitigar el significativo impacto económico que tendrá la próxima jubilación de los trasbordadores espaciales, Obama ha ofrecido una serie de subvenciones y ayudas. Además de formular un plan de "crecimiento económico regional" concentrado sobre todo en la llamada Costa del Espacio de Florida. Entre estimaciones de que 9.000 puestos de trabajo se perderán en torno al Centro Espacial Kennedy cuando termine la era de los "shuttle".
Dudas
A partir de ahora, la prioridad de la NASA tampoco estará en colocar astronautas en órbita. La Administración Obama contempla una inversión de más de 6.000 millones de dólares para que compañías privadas hagan posible el desplazamiento de carga y personal hasta la Estación Espacial Internacional. Nada nuevo, señaló el presidente al recordar que la NASA siempre ha dependido de empresas comerciales.
Esta nueva estrategia cuenta con el respaldo de especialistas englobados en la tendencia "Nuevo Espacio", que vienen criticando los programas tradicionales de la NASA como proyectos excesivamente grandes, costosos y lentos. Sin embargo, leyendas de la exploración espacial como Neil Armstrong , el primer hombre que pisó la Luna, han dejado saber que los planes de la Administración Obama pueden resultar "devastadores" para la NASA y relegar a Estados Unidos "a un segundo o incluso tercer puesto" en materia de exploración espacial.
Buena parte de esta controversia se centra en que tras la jubilación de los "shuttle", con sólo tres misiones previstas para completar la Estación Espacial Internacional, Estados Unidos se quedará sin capacidad para colocar astronautas en órbita terrestre. Lo que supondrá depender de los rusos y sus naves Soyuz , servicio que Moscú cobra a cincuenta millones de dólares por desplazamiento.
En el Congreso de Estados Unidos, la nueva política espacial de la Casa Blanca ha generado también bastantes dudas. Sobre todo por parte de los legisladores, republicanos o demócratas que representan a jurisdicciones con grandes intereses empresariales vinculados al espacio, como Florida, Texas o Alabama.
El presupuesto de la NASA, previsto en 18.700 millones de dólares para este año, representa aproximadamente un 0,5 por ciento de todo el gasto del gobierno federal en un año. A pesar de los recortes anunciados, la Administración Obama contempla un cierto aumento de las partidas destinadas al programa espacial. Esfuerzo estimado en 6.100 millones de dólares durante los próximos cinco años.
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