Después de 17 años de investigación en torno a estos misteriosos pulsos detectados únicamente por el telescopio Parkes, Emily Petroff , una estudiante de postgrado, ha descubierto su origen real; mucho más mundano de lo que se había especulado hasta ahora.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete