El GPS europeo se enfrenta a su primer fallo
Un amplio plantel de ingenieros trabaja para recuperar dos satélites de la constelación Galileo lanzados a una órbita equivocada
judith de jorge
El pasado viernes, dos satélites completamente operativos de la constelación Galileo , el sistema de navegación por satélite europeo que competirá con el GPS estadounidense, fueron lanzados a bordo de un cohete ruso Soyuz desde Kurú, en la Guayana Francesa. El personal de la Agencia ... Espacial Europea (ESA) y la empresa Arianespace, encargada del lanzamiento, aplaudió tras el despegue y se intercambiaron las felicitaciones. Todo marchaba a la perfección, lo que aparecía en las pantallas así lo indicaba. Sin embargo, las sonrisas se borraron en cuestión de media hora. El personal del centro de operaciones en Darmstadt (Alemania) se dio cuenta de que las sondas no estaban en el lugar correcto. En vez de situarse en una órbita circular a 23.700 km de la Tierra, como estaba previsto, se quedaron en una elíptica 4.000 km más abajo. Algo completamente inesperado en un tipo de lanzamiento muy común y seguro. ¿Qué había ocurrido? Un amplio plantel de expertos trabaja ahora para saber a qué fue debido el error, al parecer un fallo técnico en la última fase del cohete Fregat, y poder solucionarlo, una respuesta que esperan puedan dar la próxima semana.
«Los satélites están bajo control. Sabemos dónde están, responden bien, apuntan correctamente al Sol y, por supuesto, no suponen ningún peligro para la población», apunta a ABC un portavoz de la ESA desde París. Uno de los artefactos ya ha desplegado sus paneles solares y el segundo está a punto de hacerlo.
Según explica el portavoz, se barajan dos posibles soluciones. La primera es que los satélites se muevan a la órbita prevista. Pero para ese «empujón» hace falta consumir buena parte de los 70 kilos de carburante que llevan a bordo, lo que significaría reducir la vida de la misión de los doce años que en teoría debe durar a solamente uno o dos. Esta posibilidad ha sido calificada de «muy difícil» por el presidente del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES) y representante galo del programa Galileo, Jean-Yves Le Gall. La segunda implica dejar los aparatos donde están e intentar hacer alguna modificación en la estación terrestre de seguimiento.
«Un tren en marcha»
Los ingenieros estudian ahora todas estas posibilidades, con el objetivo de que el programa Galileo siga su curso sin contratiempos. Deben darse prisa, ya que en diciembre está previsto el lanzamiento de otros dos satélites y desde La Comisión Europea (CE) les aprietan las tuercas con la exigencia de un plan de acción para corregir los problemas en el lanzamiento. Desde la ESA no tienen dudas de que el programa continuará sin problemas. «Galileo es como un tren, está en marcha y desafortunadamente tenemos que parar en una estación que no teníamos prevista, pero continuaremos y estará terminado a tiempo», aseguran desde la ESA. En 2016, habrá 16 satélites en el espacio, que serán 24 en 2017 y 30, la constelación completa, en 2020.
Cada satélite cuesta 35 millones de euros, una cantidad objetivamente alta, pero pequeña en la industria aeroespacial, según el portavoz de la agencia, ya que un satélite de observación, por ejemplo, «puede costar hasta diez veces más».
El sistema Galileo, de vocación civil y no militar, independizará definitivamente a Europa del sistema norteamericano, el famoso GPS. Además, será mucho más preciso, ya que podrá ofrecer posiciones con un margen de error de apenas un metro, frente a los ocho del sistema actual. Cuando entre en funcionamiento, convivirá con el resto de los sistemas de posicionamiento por satélite que están en proyecto o en pleno funcionamiento: el GPS, el ruso GLONASS y el chino Compass.
El GPS europeo se enfrenta a su primer fallo
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete