comparecencia jordi pujol
Pitos y flautas en el día más tenso del ex presidente
Turull (CIU) reprocha las intervencioones de Camacho y Rivera, que elevaron el tono ante la indulgencia de otros portavoces
v.r.a
Cerca de dos horas y media distan del Jordi Pujol relajado y de su intento por llevar su comparecencia al terreno de la emotividad y de lo familiar y el Jordi Pujol displicente y ofuscado que terminó su último turno de palabra abroncando a ... los diputados. Lo que sucede en ese espacio de tiempo es uno de los momentos más importantes de la reciente historia política catalana. [ Así te hemos contado en directo la intervención de Jordi Pujol en el Parlamento catalán ]
El ex presidente de la Generalitat ha comparecido hoy para dar cuenta de el dinero que mantuvo oculto en Suiza durante más de tres décadas. Ha sido una comparecencia de varias velocidades, a caballo entre el desasosiego en muchos portavoces , especialmente el de CIU, por tener que cuestionar al hombre que «cimentó» la Cataluña moderna y la dura crítica de quiénes ven en su ejemplo un síntoma de la corrupción reinante en las instituciones catalanas.
Los momentos más tensos han tenido como protagonistas a Albert Rivera, de Ciudadanos, y Alicia Sánchez Camacho, del Partido Popular , que han elevado el tono ante la indulgencia de otras intervenciones. Ha sido la intervención del portavoz de CIU, Jordi Turull, que se ha decidido a contestar a estos dos, la que ha provocado alguno de los momentos más tensos de la comparecencia. «Algunos diputados han hablado desde la bilis. Nosotros no hablamos desde el estómago, sino desde el dolor», dijo el representante de la coalición, el único que ha dado por buenas las explicaciones de Pujol .
«No sé si usted ha sido corrupto, pero lo que sí sé que habrá mentido durante años a todos los catalanes ». Así concluyó su intervención Alicia Sánchez Camacho, que le dijo al compareciente que su caso «no ha sido positivo para la política catalana, que desprende un aire corrupción generalizada e institucionalizada»
Por su parte, el líder de Ciudadanos presentó una sentencia lapidaria en su intervención: «Alguien pide Hacienda propia para Cataluña; usted ya lo ha hecho».
Ha sido tras estas intervenciones cuando Turull ha acusado a Alicia Sánchez-Camacho y a Albert Rivera (C's) de actuar más como si estuviesen en un plató de televisión que en un Parlamento, y ha calificado esa actitud de «linchamiento». Además, ha pretendido anular a Ciudadanos mencionando el caso de Javier Nart, que mantuvo oculta una cuenta en Suiza «por miedo a ETA». Se ha producido entonces uno de los momentos más agresivos. Rivera le ha espetado a Turull que «cree el ladrón que todos son de su condición» .
En su turno de réplica, Jordi Pujol, ha dejado a un lado el tono familiar de su intervención inicial. El ex presidente ha abroncado a los grupos de la oposición y los ha acusado de frivolizar y lanzar «intoxicaciones» contra su persona . «Estoy excitado porque me da pena algunas de las cosas que se han hecho y por falta de audacia de algunas de las cosas que se han dicho».
Pero a Pujol todavía le quedaba un trago amargo que soportar. Abandonó el Parlament entre gritos de «Mafioso» y «Pujol a la prisión» .
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