Viajes espaciales a 72.000 euros

Una de las firmas que promueve el turismo espacial es Space Expedition Corporation (SXC) y tiene previsto arrancar sus frecuencias comerciales el año que viene, en un producto que destaca por ofrecer los viajes de manera personal, con piloto y un cliente como únicos tripulantes.. De momento, 250 personas, entre ellos cuatro españoles y también un anciano de 84 años, ya han reservado plaza para este viaje innovador. El trayecto durará entre 45 y 60 minutos y el apogeo del viaje, como ellos lo bautizan, será el momento en que la nave permanece entre los 90 y 103 kilómetros de distancia de la tierra, que es cuando los viajeros permanecen en la ingravidez.

"Parece raro pero es un paso normal que queramos ir al espacio", explica Marco Martinez-Venturi, responsable de marketing de SXC. Él está participando en los entrenamientos previos a los viajes, que ya se están realizando y cuenta que a los pasajeros "no les importa qué podría pasarles, solo quieren saber qué notarán en este nuevo mundo". La sensación de ingravidez es una de las más esperadas "y por mucho que te imagines, indescriptible", asegura.

El vehículo innovador permitirá realizar hasta cuatro trayectos de estas características al día y el despegue podrá realizarse desde cualquier aeropuerto , ya que la aeronave solo necesita una pista de unos 2 kilómetros para ponerse a 200 kilómetros por hora y despegar. A pesar de ello, la compañía ha decidido que su base estará en Curazao, en el Caribe, que reúne las condiciones climatológicas e infraestructurales óptimas.

Harry van Hulten, futuro piloto de la nave y que ya lleva un par de años testeando varias naves de la firma, ironiza con que se apunta a esta aventura porque ya está “aburrido de tanto volar en avión”. Este piloto, que trabajó para la USA Air Force, llegará a poner el vehículo hasta los 3.550 kilómetros por hora, una velocidad casi tres veces superior a la barrera del sonido que permitiría cubrir un trayecto Barcelona-Sidney en unas dos horas. El momento más complicado del viaje es en el tramo final del descenso, cuando se llegarán a experimentar fuerzas cercanas a 4G de aceleración.

El viaje tiene un coste de unos 72.000 euros de momento, aunque fuente de la empresa auguran a que en los próximos años las tarifas irán a la baja. Todo viajero mayor de edad puede subir a la nave, siempre y cuando se hayan superado las pruebas previas, que son un chequeo médico, entrenamiento (no tanto de forma física en sí sino de haber pasado pruebas de superación de la ingravidez, simuladores de vuelos espaciales o en reactor, algo que también realiza SXC a precios más económicos) y también preparación psicológica.

Precisamente estos días ha aterrizado en el centro comercial L’Illa Diagonal de Barcelona la “Lynx”, un prototipo de la nave que permite hacerse una idea del tamaño de este novedoso medio de transporte. Acostumbrados a aviones y cohetes, sorprende las pequeñas dimensiones (8,5 metros de longitud y 2,2 de altura) de un vehículo que puede llevarnos tan lejos. Hasta el 10 de mayo los más curiosos pueden ver la nave y conocer más detalles de estos viajes, promocionados en España por el agente Alibor, para convertirse en embajadores de la tierra por el espacio.