De Cambó y Roca a Turull, Rovira y Herrera

Casi nada de lo que sucedió estuvo fuera del guión, la petición fue rechazada tajantemente. Para mí lo más relevante es la imagen que los diputados comisionados por el Parlamento catalán transmitieron a todos los españoles.

Antaño los catalanes podíamos ser enviados o admirados, temidos o respetados, queridos o vilipendiados, pero nunca transmitimos la imagen provinciana y decadente que dieron los diputados catalanes, y con ellos, todos nosotros en el congreso. Conozco algunos de ellos y me consta su buena voluntad, capacidad y preparación, lo cual hace aún más dramático lo sucedido.

El problema no era el acento, ese también lo tengo yo y a mucha honra. El problema empezaba a ser la dificultad de expresión en español, el contenido sentimental nada documentado y la transmisión de una sensación de desconexión con la realidad y el aislamiento en la autocomplacencia.

Rajoy y Rubalcaba al lado de las intervenciones de nuestros diputados emergieron como Demóstenes. Toda España pudo constatar que el nacionalismo ha hecho mella en Catalunya, que de Cambó y Miquel Roca hemos pasado a unos diputados voluntariosos, amables y educados pero incapaces de transmitir nada con convicción alguna que hiciera que ningún compatriota nuestro que no resida en Catalunya creyera que había razón alguna para atender las reivindicaciones de los diputados venidos del Parlament al Congreso.

En definitiva hemos pasado de liderar España cultural y económicamente a cerrarnos en nosotros mismos, iniciar un viaje decadente hacia la irrelevancia y creernos encima que todo es culpa del resto de nuestros compatriotas. Ver el video, unas cuantas veces, de lo sucedido en el Congreso debería llevar a más de uno a la reflexión, pero temo que la teoría de conspiración contra todos y cada uno de nosotros ya ha cuajado.