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doña Letizia - Seis meses de reinado

El estreno de una Reina

Doña Letizia se exige ahora más a sí misma y eso se nota también en sus atuendos

El estreno de una Reina efe

maría luisa funes

El aprendizaje forzoso en el que Doña Letizia se vio inmersa durante los primeros años de su matrimonio se ha materializado en una exitosa «toma de posesión» de su nuevo rol como Reina. Teniendo en cuenta que tiene predecesoras como María Amalia de Sajonia o Victoria Eugenia de Battemberg, su nuevo papel podría resultar abrumador. Y quizás así debe ser: se trata de una figura, la de Reina de España, que ha sido relevante en el mundo occidental durante cinco siglos. Y se trata también de representarnos a todos los españoles. Tarea nada fácil, por cierto.

La tranquilidad que dan «los hechos consumados» y una más que positiva aceptación de Don Felipe y Doña Letizia por la mayor parte de la opinión pública, suponen una brisa de aire fresco para la Reina. Quizás es ahora cuando comienza a disfrutar de muchos detalles, cuando se da cuenta de la importancia que puede tener su labor y cuando -con su habitual perfeccionismo- se exige más a sí misma. Y esto se nota incluso en sus atuendos, más conservadores, cuidados y sofisticados , aunque mantiene su poca afición a las joyas, su estilo de bolsos de mano y sus zapatos con plataforma, tabla de salvación para limar los 30 centímetros que la distancian de la altura de Don Felipe.

Si bien en cuestiones de estilo no se ha dejado influir por la estela de Doña Sofía, sí que ha seguido el ejemplo de Doña Sofía al haber adoptado un rol más discreto, al permanecer un paso atrás con respecto al Rey y al representarnos con sobriedad. Esto ha sido especialmente patente en sus visitas a Estados Unidos, Holanda y Bélgica. Para cumplir bien con su papel es clave que recuerde que es Don Felipe el que reina, el Jefe de Estado.

Pero también es crucial que no olvide que puede aportar mucho a España llevando a cabo su papel de Reina consorte con prudencia e ilusión. Eugenia de Montijo o Grace Kelly fueron artífices de la promoción del turismo, la gastronomía, la hostelería y la moda de sus países.

Presupuesto ajustado

Bien es sabido quela esposa de Napoleón III encargaba a Worth sus costosos vestidos de 100 en 100 y que Doña Letiziase ciñe a un presupuesto ajustado: más difícil se lo ponemos. Pero en la necesidad está la virtud, ya que más que el hecho de repetir siempre de atuendo, es vestir bien con un gasto limitado la situación con la que verdaderamente se solidariza con las españolas. Dicho esto, la Reina estará en mejor posición para promocionar la moda española si repite con algo menos de frecuencia y varía más de creador.

Si nuestra Reina desea que se la conozca más por sus obras que por su atuendo, le sugerimos tres cosas a tener «in mente»: la primera, que no insista en lo infructuoso de la tarea: es natural que se admire el guardarropa de una Reina, y más de una Reina guapa y joven. La historia está llena de ejemplos de princesas y reinas observadas y copiadas hasta la saciedad. La segunda, que evite la tentación de utilizar prendas o accesorios exagerados o tendenciosos que llamen la atención más de la cuenta. Aburrir a la prensa especializada es clave para que la ropa no sea noticia. Y la tercera, que dote de más contenido a su rol y tome -entre otras labores propias- la promoción de la moda, el turismo y la marca España en el extranjero. Entre otras muchas enfermedades raras, este país tiene una plaga que se llama desempleo, una infección de la que la Reina puede ser la mejor enfermera, convirtiéndose en una brillante y omnipresente embajadora de su país.

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