Jaime Bayly

Relato de Jaime Bayly : La gringa y el loco

Era refinada, sofisticada, sensible a la moda y a los lujos que provenían del dinero. Su marido era una bestia peluda que vivía elevado de cannabis, escuchando música y pintando en el taller de su casa

Jaime Bayly

Relato de Jaime Bayly : El golpe maquiavélico

Era gruesa, de corta estatura, y tenía la maciza silueta de un frigorífico portátil. Su rostro, el rostro que ella repudiaba, estaba tensado por un rosario de imperfecciones, unos conflictos sin solución aparente

Jaime Bayly

Relato de Jaime Bayly: 'Aquel verano inolvidable'

Mi vida cambió para siempre cuando, a un mes de cumplir dieciséis años, durante las vacaciones escolares del verano, conseguí, gracias a mi madre, mi primer trabajo, y acaso el que acabaría siendo el último de mis trabajos: ser periodista

Jaime Bayly

Relato de Jaime Bayly : Yo nací para ser millonaria

Por lo visto, mi hermana no se rinde. Ha conseguido un dinero prestado. Está de regreso en la Bolsa. Y de nuevo está ganando. Ruego a los dioses que esta vez la película tenga un final feliz

Jaime Bayly

Relato de Jaime Bayly: El cuaderno negro del rencor

Barclays no parece haber nacido para comprender, olvidar los agravios y perdonar. Parece haber nacido para irse a la guerra, para convertir un pequeño conflicto en la guerra del fin del mundo

Jaime Bayly

Relato de Jaime Bayly : Malas artes

Había mejores novelas y mejores programas digitales. ¿Por qué entonces han votado por mí, o por mi trabajo? Presiento que los he conquistado gracias a mi peinado alicaído, mi sonrisa taimada y mi indudable belleza varonil

Jaime Bayly

Relato de Jaime Bayly: El joven de la gasolinera

Aunque soy un analfabeto en cuestiones digitales, descubro que alguien lo ha bloqueado en mi cuenta de Gmail. Sorprendido, desconcertado, elimino el bloqueo, le vuelvo a escribir, pero no sé nada de él

Jaime Bayly

Relato: Una curiosa prueba de amor

Yo he querido siempre que mi hija sea feliz, sea libre, sea ella misma en su mejor versión, incluso si su agenda no coincide con la mía, o si su agenda desafía a la mía, o si su agenda me deja solo

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Relato de Jaime Bayly: Aspen, Argentina

Las mujeres que gobiernan mi vida, quiero decir mi esposa y nuestra hija, bajan por los caminos azules flanqueados de pinos coronados por nieve fresca

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El relato de Jaime Bayly | Polvo infinitesimal

Yo no le tengo miedo a la muerte. Es un descanso, un alivio, un reposo. Es volver a ser lo que éramos antes de nacer: nada, la nada misma, polvo infinitesimal

Jaime Bayly

El relato de Jaime Bayly | El aviador

Cuando mi esposa me dijo «ha muerto Piñera, su helicóptero cayó en un lago», recordé aquella película que vimos juntos, sin conocernos, sin saludarnos, y pensé que Piñera había muerto en su ley, con las botas puestas, haciendo lo que más le gustaba