Los deberes pendientes de la COP28

Las discusiones en esta última cumbre se han centrado en marcar la senda del nuevo Balance Mundial y añadir el verbo que precede a combustibles fósiles. Reducir o eliminar, eliminar o reducir; aunque finalmente el consenso llevó a una transición hacia el fin de los combustibles fósiles que se marcó como «hecho histórico», pero que deja mucho descontento en las organizaciones ambientalistas. «Se ha quedado muy corta», apuntó Fernando Valladares, divulgador científico e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «No solo por la vaguedad de los términos, sino también porque se han olvidado muchos otros aspectos», añadió.

En Dubái, la hucha del Fondo de Pérdidas y Daños comenzó a llenarse y se movilizaron más de 80.000 millones de euros, recuerda la organización de la COP28, pero pocos de ellos se han destinado para la mitigación y la adaptación al cambio climático. En la COP29, los gobiernos deben establecer un nuevo objetivo de financiación para el clima que refleje la escala y la urgencia del desafío climático. En dos años, las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) tienen que acordar un nuevo objetivo de financiación para la adaptación tras un incumplimiento sistemático de las metas marcadas para el periodo 2020-2025. «Se ha cumplido con un retraso de dos años», señaló la semana pasada la OCDE en Dubái. El pasado ejercicio los países ricos consiguieron reunir los 100.000 millones de euros prometidos para los países del sur global. Sin embargo, esta cifra ya está muy lejos del dinero que necesitan estas partes que ya se cuantifica en más de 300.000 millones de euros.

«Aquí hemos venido a hablar de emisiones y no de combustibles. De esto va el Acuerdo de París», repetían una y otra vez los portavoces de la delegación de Arabia Saudí en la Expo2020 de Dubái mientras en las salas de negociación se debatía el texto final del Balance Mundial. Finalmente, el último borrador, el que se llevó a pleno y se aprobó, perdió por el camino «alcanzar el pico de emisiones en 2025». «El proceso nos ha fallado», denunció Anne Rasmussen, portavoz de Samoa, en el plenario final.

En 2025, las partes que firmaron el Acuerdo de París tendrán que presentar sus Contribuciones a Nivel Nacional (NDC en inglés). Su hoja de ruta para mantener en 1,5 grados el calentamiento global del planeta con respecto a la media de la era preindustrial pactados en París. En Dubái, el artículo 28, se establecieron las medidas para lograr esa descarbonización, pero ahora esas recomendaciones, cada país, tienen que trasladarlas a sus planes y hacer que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se reduzcan un 43% para 2030 y del 60% para 2035 con respecto a 2019, para llegar a la meta de cero emisiones netas de CO2 en 2050.