La sequía ya amenaza al regadío y el abastecimiento en la provincia

Si no llueve en otoño, los municipios que beben agua superficial tendrán problemas

J. L. FERNÁNDEZ

Los estragos de una sequía sin parangón desde 1893 avanzan desde el campo a las ciudades, donde pueden causar problemas de abastecimiento a la población si no llueve pronto. En el campo han parcheado una situación dramática con el primer trasvase del Júcar al Vinalopó ... y han recurrido en agosto a riegos de emergencia para frenar la muerte de miles de árboles que se secan. Hay más de 12.000 agricultores sin poder regar, con restricciones de hasta el 85% y más de 50.000 hectáreas afectadas, sin perspectivas de mejoría.

«Si no cambia la tendencia pluviométrica en otoño y llueve con abundancia en esta zona, los efectos de la sequía saltarán del secano, ya gravemente afectado, al regadío; y de ahí a las ciudades», alerta Jorge Olcina, catedrático del Instituto de Geografía de la Universidad de Alicante. «De momento, los abastecimientos urbanos están garantizados gracias a las reservas acumuladas, pero podríamos llegar a ver también restricciones de agua en localidades que solo beban de agua superficial (embalses) o de acuífero».

El último cálculo de las repercusiones para el sector primario apunta a unos 400 millones de euros en la Comunidad y, si esta primavera los afectados se lamentaban del calibre de la fruta y las mermas en las cosechas, desde hace unas semanas la inquietud se ha tornado en desesperación al ver que los cítricos están rajados o con durezas y deformidades en la piel, o que se ha perdido el grueso de la producción, caso de la uva de mesa.

El daño irreversible llega cuando se seca un árbol, porque al replantar se requieren entre tres y cinco años para que vuelva a dar frutos. Desde Asaja han elevado al Ministerio de Agricultura una petición de subvenciones extraordinarias para quienes acrediten que están arrancando almendros y cerezos muertos como consecuencia de la falta de recursos hídricos. Y los problemas son similares para los apicultores y el olivar, otros dos productos señeros de la economía levantina.

Aire sahariano

Las razones meteorológicas de esta falta de lluvia son principalmente que no soplan vientos de Levante, que traen la humedad del Mediterráneo al litoral, y que las borrascas atlánticas se han quedado este año en el centro peninsular.

Ni siquiera se ha cumplido la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de que llovería más de lo habitual hasta septiembre. Claro que se están batiendo todos los registros imaginables, desde que se disponen de datos.

La menor precipitación en la Península Ibérica en un año está registrada en la ciudad de Murcia, en 1945, cuando solo se recogieron 89 litros en esos 12 meses. Ahora hay localidades de la provincia de Alicante que pueden batir ese récord si no llueve muy abundantemente en otoño. Por ejemplo, la propia ciudad de Alicante ha recogido únicamente 21 litros desde el pasado 1 de enero.

«El litoral mediterráneo afectado por la sequía tiene en estos días condiciones anticiclónicas con llegada de aire sahariano del norte de África, que es lo que provoca las altas temperaturas registradas», explica Olcina. Un factor que, además, ha agravado la situación de emergencia por riesgo de incendios forestales. Este verano ya se han producido algunos de envergadura, como el de Vall d’Uixó (Castellón), que arrasó casi 200 hectáreas, o el más reciente, entre Denia y Jávea (4440 hectáreas) la semana pasada..

La sequía ya amenaza al regadío y el abastecimiento en la provincia

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios