El Sínodo de Obispos pierde la oportunidad de lanzar un mensaje incisivo sobre la Nueva Evangelización
El documento de once páginas habla de todo sin centrarse en nada
juan vicente boo
El Sínodo de Obispos sobre la Nueva Evangelización perdió el viernes la oportunidad de llevar su mensaje al mundo entero precisamente por uno de los problemas crónicos de la burocracia vaticana: el exceso de palabras. Cuando se habla de todo, es ... como si se hablase de nada. En llamativo contraste con los mensajes esenciales, breves e incisivos de Benedicto XVI , que llegan al mundo entero, el mensaje del Sínodo ha sido una oportunidad perdida, justo en vísperas de la clausura.
A diferencia de otros Sínodos, cuyo mensaje final se limita a dos o tres folios, el de la Nueva Evangelización ha concluido con un interminable mensaje de once folios, muy poco asequible a los medios de comunicación y al público contemporáneo, como advirtió el corresponsal de Antena 3, Antonio Pelayo, en la conferencia de prensa de presentación de un texto que no sólo habla de todo sino que resulta muy teórico y poco práctico.
El Sínodo ha puesto de manifiesto que algunos obispos entienden perfectamente la Nueva Evangelización y otros no. Muchos cardenales y obispos han mantenido informados diariamente a sus fieles a través de blogs y Twi tter, mientras que otros viven absolutamente ausentes del mundo digital. El contraste era llamativo: padres sinodales con cien mil seguidores y otros con cero.
Poner al frente de la comisión del mensaje al cardenal Giuseppe Betori, arzobispo de Florencia, puede facilitar el eco en Italia, pero no en otros países, y todavía menos el llegar a las personas que se han alejado de la fe cristiana, que son los verdaderos destinatarios de este Sínodo de la Nueva Evangelización.
Para un lector paciente
El mensaje final es un texto agradable para un lector paciente, que valore la multiplicidad de elementos y aspectos de la nueva evangelización y disponga de abundante tiempo para profundizar en los debates del Sínodo. El texto menciona la importancia de los santos, de la mujer, de la familia, de los sacramentos , de la confesión, de la adoración eucarística, de la parroquia, de los laicos de los jóvenes, así como el valor del trabajo profesional, de los medios de comunicación, de la doctrina social de la iglesia y de la ayuda a los necesitados.
La única novedad, comparado con los sínodos anteriores, es que dedica unos párrafos a cada continente. El de Europa, marcado por el pesimismo, concluye invitando “a un anuncio más gozoso y vivo de Jesucristo y de su Evangelio de vida”.
Los trabajos del Sínodo concluyen el sábado con la aprobación de las 57 proposiciones que se entregarán al Papa para que Benedicto XVI elabore una exhortación post-sinodal que seguramente será mucho más incisiva y práctica que el mensaje final.
La solemne ceremonia de clausura tendrá lugar el domingo con una Eucaristía en la plaza de San Pedro. La homilía final del Papa marcará prioridades en una tarea, la de la Nueva Evangelización, destinada a formar parte de la actividad habitual de la iglesia.
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