Palomino tiene ya libro
por marÍa José Muñoz
Todo surgió durante un desayuno, algo de lo que da fe la dedicatoria, que no puede ser más entrañable: « A Ángel Palomino del Moral, por su confianza. A Fernando Dorado, porque su sabiduría y su bondad han sido imprescindibles para elaborar este trabajo. Los ... dos nos prepararon un desayuno delicioso. Fernando puso el chocolate y los churros y Ángel la ensaimada con cabello de ángel».
Y tras el nutricio desayuno nació el libro, el primero dedicado al escritor toledano Ángel Palomino, cuyas novelas fueron muy conocidas y leídas en los años 70. También fue colaborador de la edición nacional del diario ABC. Ganó importantes premios literarios y algunos de sus libros llegaron a convertirse en un éxito de ventas. Debido a su compromiso abierto con el franquismo, su obra ha sido borrada de la historia de la literatura, hasta el punto de que no existe ningún libro escrito sobre él.
Pero eso ya ha sido corregido. Y los autores de la corrección son los colaboradores del especial «Artes y Letras de Castilla-La Mancha» de ABC, Santiago Sastre y Rafael González Casero , quienes hace un año reivindicaron en uno de sus artículos la figura del olvidado autor toledano, franquista sí, pero intelectual adelantado a su época cuya fina ironía y punzante ingenio inundaron los más variopintos asuntos de la época que le tocó vivir,. Para más inri, además fue militar y empresario hostelero y, a su manera, emprendió el vuelo literario, ese que se encarna en el título del libro «El vuelo de Ángel Palomino. Un acercamiento a su vida y a su obra», que muy pronto verá la luz.
En el libro, sus autores subrayan la visión de futuro con la que la naturaleza tocó a Ángel Palomino , esa facilidad no solo para comentar la historia o el momento político que le tocó vivir, sino para anticiparse y ocuparse de problemas (científicos y políticos) que en aquellos momentos «apenas se intuían en el horizonte» como el de la inseminación artificial, la evolución del turismo, el despegue de la informática, la problemática de la burocratización, o la difícil relación de la cultura y la postmodernidad, por poner solo unos ejemplos.
Sastre y González Casero sostienen que sería injusto que la ideología se impusiera como criterio relevante para juzgar, a favor o en contra, una obra literaria. «Una creación literaria debe ser juzgada, ante todo, por un juicio crítico en el que nos preguntemos por su calidad literaria», subrayan los autores de «El vuelo de Ángel Palomino». Y es que al autor toledano fue víctima de ese «factor ideológico» que silenció la obra de Palomino durante tantos años (esa Ley del Silencio de la que hablaba el fundador de ABC Torcuato Luca de Tena).
Los primeros pasos de ese «gran cuentista» que fue Palomino cruzaron por las columnas periodísticas y los cuentos. Su pertetencia a La Codorniz le imprimió una inclinación hacia el humor argumental y lingüístico, y algunas de sus novelas «pueden ser concebidas incluso como una sucesión de cuentos entrelazados por un contexto concreto, como el de un barrio, un hotel o un viaje». Hoy podría ser un gran guionista de teleseries, sin duda.
Interesante el libro de Sastre y González Casero para el lector que quiera conocer cómo vivió, pensó y escribió el autor de novelas como «Zamora y Gomorra» (Premio Club Internacional de la Prensa en 1968), «Torremolinos Gran Hotel» (premio Alfaguara y Nacional de Literatura en 1971), «Madrid Costa Fleming» (Finalista del Planeta en 1973), «Divorcio para una virgen rota» (Finalista del Planeta en 1977) o «Han volado el toro del coñac», la última aparecida en 2002. «El vuelo de Ángel Palomino» verá muy pronto la luz y es el número 2 de la colección «Toledo en tu mano», que preside Sastre, dedicada al historiador toledano Julio Porres Martín-Cleto. Ilustrador y fotógrafo de la colección son Ángel Villamor y Julián Calles, cuyas interesantes imágenes e ilustraciones sobre la vida y obra de Palomino se distribuyen a lo largo de las 96 páginas del nuevo libro.
Biografía, estilo, novelas, cuentos, libros de humor, de poesía, ensayo...Y Toledo siempre en la retina.
...y el Sol se come las uñas
sobre los toldos, de rabia
porque sabe que otro Sol
dibuja con luz dorada una eclíptica sublima en la ciudad entoldada .
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