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Mas no es Tarradellas

El estadista y el político (sin menospreciar)

manuel erice

Sin entrar en la disquisición histórica de atribuir a Otto von Bismarck o a Edward Gladstone Disraeli la paternidad de las definiciones, convendremos en que su distinción entre político y estadista es un buen punto de partida: « Político es aquel que piensa en la próxima elección ; estadista, el que tiene en cuenta la próxima generación». A esta última añado yo algunas virtudes más: integrador, realista, moderno, autocrítico, honesto frente al victimismo… Aun a riesgo de que ironicen con mi idea de aplicar el termómetro del «estadismo» a Cataluña (que no es estado ni espero que lo sea), he decidido arriesgarme. Ya que el presidente Mas se declara dispuesto a jugar con la suerte y llevar a su comunidad (y a España toda) a «un terreno desconocido» (sic), no sé por qué yo no voy a tener derecho en este suelto a calibrar si el deterioro político que media entre Josep Tarradellas i Joan y Artur Mas i Gavarró , el primero y el último presidente autonómico que han gobernado Cataluña desde el fin de la dictadura, es aparente o real.

A primera vista, al que fuera presidente en el exilio no se le ocurrió utilizar la sinécdoque de tomar la parte soberanista por el todo plural que siempre ha integrado la sociedad catalana. Una estratagema creada por Jordi Pujol y que perfecciona Mas cuando considera que una manifestación, por multitudinaria que sea, representa a toda Cataluña. Ni las encuestas más recientes y forzadas para preparar la gran concentración mostraban a un 50% de favorables a la independencia , como para interpretar el mensaje tan contundente de romper con España.

Bien mirado, tampoco se adentró Tarradellas en la ruta del sectarismo cuando al regresar del exilio proclamó: «Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!», en lugar de aplicar el reduccionismo de «¡catalanes!». Para ser honestos, me cuesta imaginar a alguien tan forjado a causa de la dictadura intentando eludir la responsabilidad de los recortes y culpando a Madrid de una miseria que tiene su anclaje fundamentalmente en la pésima gestión de los últimos gobiernos catalanes. En fin, por mucho que me esmero en equiparar a un estadista con otro, no lo veo, no lo veo…

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