Convierte su casa en una biblioteca pública

Así, Guanlao instaló unas estanterías en plena calle , donde colocó el centenar de libros que formaban su colección, con el objetivo de que sus vecinos los tomaran prestados.

Doce años después de haber tomado esa decisión, lejos de haber perdido la mayoría de sus fondos, la biblioteca cuenta con alrededor de 3.000 ejemplares , gracias a numerosas donaciones.

Para acceder a estos libros no es necesario rellenar ningún formulario o sacarse carné alguno. Basta con pasar por delante de la casa de Guanlao y llevarse tantos libros como se desee, durante el tiempo que se quiera. Incluso de forma permanente. La única regla es que no hay reglas ; ese parece ser el secreto de su éxito.

Lejos de esperar que los lectores acudan a su casa, este hombre recorre cada día los barrios más pobres de la capital filipina con su bicicleta cargada de libros para acercar la lectura a los menos favorecidos.

Además, ha donado varias cajas de libros a otra persona que trata de poner en marcha un proyecto similar al suyo en la provincia de Bicol, a unas diez horas en coche de Manila y ya trabaja junto a una amiga en la creación de un «bibliobarco» que acerque la literatura a las islas del extremo sur del país.

Sin duda, un gran ejemplo de cómo una sola persona puede contagiar su pasión por la lectura a todos sus vecinos.