Una marea de fotógrafos y cámaras aguardaba a las puertas de la Asamblea de Madrid la llegada de Esperanza Aguirre. La expresidenta regional había comunicado que llegaría en su propio coche a la Cámara. Cuando lo hizo, la marabunta de reporteros gráficos se ... volvió histérica y se abalanzó sobre el vehículo. Para protegerla un poco, Ignacio González, que también la esperaba en la calle, decidió meterse dentro del coche para indicarle por dónde parar. Pero la nube de periodistas lo convertía en una tarea imposible.
Desde dentro del coche Aguirre quiso hacer unas primeras declaraciones. «Vengo como presidenta del PP de Madrid», repetía. Los nervios y los apretujones entre los propios fotógrafos confundió a la exdirigente, que se marchó del coche con las llaves puestas y las luces encendidas. Era la primera aparición pública de Aguirre tras su dimisión del pasado lunes y nadie quería perdérselo. Es fácil imaginar, por lo tanto, la locura colectiva que se ha vivido esta mañana en torno a ella en la Asamblea de Vallecas.
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