El náufrago que fue salvado por un tiburón

Así lo relata Toakai Teitoi , un policía de 41 años, que quedó a la deriva durante 106 días, tras salir a pescar junto a su hermano Falaile desde una de las islas del archipiélago de Kiribati, al noroeste de Australia.

Todo comenzó el pasado 27 de mayo, cuando ambos hermanos se hicieron a la mar con el objetivo de pasar un tranquilo día de pesca. Mientras esperaban que algún pez picara en sus cañas decidieron echarse una siesta. Al despertar, descubrieron que estaban perdidos, sin combustible y casi sin comida ni agua en medio del Pacífico.

El 4 de julio, según asegura Toakai, Falaile falleció deshidratado y se vio obligado a arrojar su cadáver al mar. Él logró sobrevivir gracias al agua de lluvia que pudo almacenar en unos pequeños bidones, aunque su destino parecía ser una muerte segura.

Todo cambió el pasado 11 de septiembre. Ese día el náufrago despertó sobresaltado por los golpes que un tiburón estaba propinando a la pequeña embarcación. Su primer pensamiento fue que iba a acabar despedazado en el estómago del temible escualo.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que el tiburón parecía señalarle la presencia de un remolcador que navegaba a unas cuantas millas de distancia. Toakai está convencido de que si no hubiese sido despertado por el tiburón, jamás podría haber llamado la atención de la tripulación del barco y, por tanto, no habría sido rescatado. A su juicio, el escualo le salvó la vida.

A pesar de que numerosos medios se han hecho eco de esta noticia, no falta quienes dudan de su veracidad. Y es que los tiburones tienen que luchar contra unas cuantas películas y muchos siglos de mala fama.