Serpientes en Canarias y roedores en Baleares

El Programa Mundial sobre Especies Invasoras (GISP) publicaba esta semana un exhaustivo informe sobre los devastadores efectos de las «invasiones foráneas» en la economía, salud y agricultura locales.

«Las ecosistemas insulares son muy vulnerables a los impactos causados por las especies exóticas», menciona el documento. Y cita los casos de Canarias y Baleares.

En 2008, el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria lanzaron un programa para controlar a la serpiente Rey de California . Tres años más tarde, la Unión Europea respaldó la iniciativa con 1.025.863 euros (hasta 2015).

El proyecto LIFE+ Lampropeltis se encarga de monitorear la diaria y estacional actividad de la especie o sus sitios de hibernación, reproducción y puesta de huevos, por ejemplo. También se ha puesto en marcha un experimento de rastreo con perros, capaces de cubrir más terreno y más rápido que los técnicos a pie. Y una web donde los ciudadanos pueden alertar de avistamientos de serpientes.

La serpiente Rey de California fue observada por primera vez en Gran Canaria en 1998, en El Barranco Real de Telde (La Solana), al este. Su naturalización se confirmó nueve años después. Desde 2007 se han capturado 1.064 ejemplares a mano. Las trampas no funcionan con ellas, pese a que se han probado diferentes métodos; similares a los empleados por las autoridades de Guam para combatir a la culebra arbórea ( Boiga irregularis ): agujeros cebados con roedores o tablones de madera presentados como refugios artificiales.

Los ofidios no forman parte de la fauna nativa de Gran Canaria. De hecho, su incremento ha empezado a notarse a partir de las dos últimas décadas, motivado por la producción y comercio de plantas ornamentales , así como por los «escapes» masivos que se producen desde los terrarios de particulares.

El gran número de descubrimientos de serpiente Rey de California reportado ha provocado cierta alarma social . Su populosa población, además, causa estragos sobre la de los reptiles oriundos de la isla. Las necropsias practicadas a los animales apresados han arrojado que su dieta, básicamente, incluye al lagarto de Gran Canaria ( Gallotia stehlini ), la lisa grancanaria ( Chalcides sexlineatus ) y el perenquén de Boettger ( Tarentola boettgeri ).

Hasta 2011 ninguna regulación prohibía la importación o venta de la serpiente Rey de California en Canarias. Situación que ha cambiado con la aprobación del nuevo Catálogo Español de Especies Exóticas e Invasoras (pdf) , que impide, incluso, su tenencia.

Sa Dragonera es hoy, probablemente, el área insular más grande del Mediterráneo sin presencia de roedores. Pero no siempre ha sido así.

En 2011 se llevó a cabo una decisiva campaña de desratización desde el aire, fortalecida con la colocación de raticida en aquellos lugares de más difícil acceso considerados potenciales madrigueras de estos prolíficos mamíferos. Durante las semanas que duró la batida, trece gaviotas murieron cada día, víctimas de la intoxicación . Sin embargo, el voluminoso conjunto de gaviotas patiamarillas ( Larus michahellis ) presente en la biota de Sa Dragonera no se vio afectado en demasía. Tampoco se detectó mortandad alguna en otros grupos aviares, subraya el informe del GISP.

La densidad de ratas registrada en Sa Dragonera ha alcanzado en algunos momentos los 50 individuos por hectárea , pero su número ha ido fluctuado a medida que se han desarrollado distintas operaciones de erradicación de roedores, algunas de ellas inspiradas en las tecnologías desplegadas en Nueva Zelanda o en Molara (Italia).

Ya en los años 70, el propietario de Sa Dragonera probó la primera generación de raticidas en su territorio. A partir de 1987, la tarea fue responsabilidad del Consell de Mallorca , nuevo titular del enclave. En 1995, Sa Dragonera adquiere la categoría de Parque Natural al tratarse de un lugar de cría de seis importantes colonias de aves marinas del Mediterráneo, así como por su flora e invertebrados .