La serie turca que inspiraba asesinatos en Oriente Medio

Un joven yemení fue ejecutado tras un juicio tribal en la provincia de Dawran, al oeste de Yemen, por un violento tiroteo en el que mató a cinco personas. Tras una discusión con un vecino, Mohamed Ali Azab, de 31 años, se hizo con un arma –algo nada difícil en Yemen, el país con mayor número de armas de fuego por habitante- e inició una venganza a tiros en la que acabó con la vida de cinco personas, incluyendo a la madre del vecino con el que se había enfrentado. Durante el juicio celebrado ante el consejo de ancianos, el joven aseguró haberse inspirado en «El valle de los lobos».

A este incidente le precedió otro en Jordania, donde la semana pasada otros dos jóvenes de 17 y 18 años asesinaron a un taxista. Los muchachos, también influidos por el serial, querían formar un grupo de «justicieros» , y habían exigido al conductor que les informase sobre acosadores sexuales y pequeños criminales. El hombre se negó a cooperar, de modo que los jóvenes le condujeron a una zona desértica y le dispararon.

«El valle de los lobos», que se emite por satélite doblada al árabe en toda la región , cuenta la historia de varios superagentes turcos, liderados por el espía Polat Alemdar, que se dedican a eliminar a miembros de la mafia, terroristas y otros «enemigos del estado turco».

La serie, de corte ultranacionalista , va ya por su novena temporada, y ha tenido además varias versiones cinematográficas. Dos de ellas, tituladas «Irak» y «Palestina», fueron enormemente polémicas en su momento, puesto que los villanos eran, respectivamente, estaounidenses y kurdos en el primer caso, e israelíes en el segundo.

El serial se ha convertido en todo un fenómeno sociológico en Turquía, donde, por ejemplo, decenas de adultos jóvenes han cambiado su nombre legal por el de Polat Alemdar . Pero aparentemente, el impacto se extiende también a los países árabes, y no solamente en su aspecto más violento. Hace un mes, una joven yemení de la ciudad de Hudaydah pidió el divorcio, alegando que su marido no era «tan elegante y viril como Polat Alemdar», y que se negaba a llevar pantalones como los personajes masculinos de la serie. No todo el mundo puede ser Polat Alemdar.