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«La autoridad de la Junta egipcia va ahora más allá de sus poderes con Mubarak»

Human Rights Watch denuncia que los militares tengan hoy más poder que con el moribundo dictador. Aseguran que las prerrogativas que se han otorgado en las últimas semanas aumentan la inmunidad de la que gozan

«La autoridad de la Junta egipcia va ahora más allá de sus poderes con Mubarak» afp

agencias

La extensión de las prerrogativas de las autoridades militares egipcias aumenta los poderes que tenían bajo el régimen de Hosni Mubarak y permite que continúen las violaciones de derechos humanos, denuncia el grupo Human Rights Watch (HRW). «La implacable expansión de la autoridad de los generales para detener y juzgar a civiles va ahora más allá de sus poderes con Mubarak», ha lamentado el subdirector de HRW en Oriente Medio, Joe Stork.

En los últimos días, la Junta Militar que gobierna Egipto ha adoptado una serie de medidas para reservarse competencias, ante el próximo anuncio de los resultados oficiales de las presidenciales.

HRW recuerda en un comunicado el decreto del Ministerio de Justicia que permite a los militares detener a civiles y el anexo a la Constitución interina, aprobado el pasado día 17, que aumenta sus prerrogativas para aplicar la ley civil, lo que según el grupo supone la continuación de los juicios castrenses a civiles. La ONG destaca también el decreto emitido hace tres días para reformar el Consejo Nacional de Defensa y conceder a los militares más poderes sobre asuntos de seguridad nacionales.

Impunidad

Para Stork, «estos decretos son la última señal de que todavía no habrá una entrega de poder significativa a una autoridad civil el 30 de junio», fecha fijada por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas para el traspaso de poder. HRW advierte, además, de que con estas medidas la impunidad con la que han contado hasta ahora los militares puede aumentar al disponer de una mayor autoridad para aplicar la ley.

El grupo de derechos humanos cita abusos cometidos en el último año por parte del Ejército, como «las torturas a manifestantes detenidos y el uso excesivo de fuerza letal para dispersar las protestas», que a su juicio han quedado impunes porque los fiscales civiles no tienen jurisdicción para investigar las denuncias contra el personal militar. En el caso del decreto del Ministerio de Justicia, se permite a los oficiales de la policía y la inteligencia castrense detener a civiles por delitos como «difundir información falsa con el objetivo de afectar la seguridad nacional, operar una asociación no registrada e insultar a un oficial gubernamental, al Ejército o al Parlamento», afirma HRW.

Stork consideró ese decreto como un intento de incorporar a la ley ordinaria poderes excepcionales como los de la Ley de Emergencia, que el 31 de mayo expiró tras 31 años en vigor . El estado de emergencia dio cabida durante décadas a la s uspensión de las libertades de prensa y asociación , la ampliación de los poderes de los órganos de seguridad y la anulación de los derechos civiles y políticos con la excusa de la lucha antiterrorista.

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