Las mafias nos roban hasta los papeles del coche

Al final, el policía le explicó el porqué de la llamada que había obligado a la joven a personarse en comisaría con su coche , de la sesión fotográfica que habían realizado a su vehículo y de aquel interrogatorio.

Aunque no se percatara, la conductora sufrió el robo de su documentación. Y, a día de hoy, existe un coche en la República Checa con los mismos datos del suyo, la misma matrícula, «y hasta los mismos datos del seguro» , afirma.

Algo que, aunque parezca ciencia ficción, sucede de forma habitual, según confirman fuentes de la Policía Nacional. Estas mismas fuentes explican que bandas organizadas «maquillan» coches para comercializarlos en el extranjero.

En el 85% de los casos se roban los papeles de otro auto de características similares y se les envía a terceros países con datos clonados, matrícula incluida . En el resto de los casos se fabrican documentaciones falsas, a partir de datos reales.

Sin ir más lejos, el pasado 3 de abril la Policía desmantelaba dos talleres-laboratorio de «maquillaje» de vehículos robados. Los miembros de la banda, asentada en Madrid, Valencia y Granada, seleccionaban coches de alta gama y les asignaban una documentación o bien robada o bien falsificada.

A mediados de marzo detenían en Málaga a tres miembros de una red de tráfico ilícito de autos , de procedencia letona, que se dedicaban a dar apariencia legal a coches sustraídos en España utilizando placas de matrículas y documentación falsa.

Durante la detención, la Guardia Civil se incautaba desde unas simples ganzúas hasta material tecnológico y kits de arranque de vehículos para el copiado de mecanismos de codificación de los microchips. Todo un arsenal de técnicas de robo al que pocos coches se resisten.

«Hoy en día no hay medida de seguridad invulnerable», explica Juanjo López, del Sindicato Unificado de Policía (SUP) , quien advierte a los conductores que por muy sofisticado que sea el mecanismo antirrobo del auto «los ladrones son capaces de reventar cualquier cosa».

A María le costó darse cuenta de que le habían forzado el bombín para sustraer su documentación. «Esas cosas ya no son perceptibles a simple vista», concluye quien también vivía ajena a la «doble vida» de su auto.