Descubren una nueva especie de cocodrilo acorazado
El animal, que vivió hace 90 millones de años, medía 9 metros de largo y tenía una extrañísima protuberancia de piel dura en lo alto del cráneo

Medía más de 9 metros de largo, tenía una cara larga y aplastada, los ojos juntos y la piel de la cabeza gruesa como un escudo, un rasgo sin precedentes que ha servido para bautizarle. El Shieldcroc (algo así como cocodrilo acorazado) vivió hace 95 millones de años y es el ancestro más antiguo de estos grandes reptiles en África . El descubrimiento de esta especie extinta, realizada por paleontólogos de la Universidad de Missouri (EE.UU.), puede proporcionar información acerca de la evolución de los cocodrilos y la mejor manera de protegerlos de la extinción.
El Shieldroc o Aegisuchus witmeri data de finales del período Cretácico, en plena Era de los dinosaurios. Se trata del «más antiguo antecesor de los modernos cocodrilos de África», afirma Casey Holliday, autor principal del estudio, publicado en la revista científica PLos-ONE . El experto analizó el fósil parcial del cráneo del animal, descubierto en Marruecos , y observó cicatrices en el hueso que revelan la presencia de una estructura en lo alto de la cabeza -cabeza que medía nada menos que metro y medio de largo- parecida a un escudo. Las marcas y protuberancias del hueso indican que la sangre circulaba por un montículo circular de piel en lo alto del cráneo, un rasgo desconocido ahora en los cocodrilos y que, según Holliday, podía tener como fin atraer a parejas, intimidar a los enemigos o regular la temperatura.
Cabeza chata y pequeñas mandíbulas
Al comparar varios de los huesos del cráneo, Holliday determinó que el cocodrilo-escudo tenía una cabeza más chata que la de otras especies, por lo que es improbable que tuviera la osadía de enfrentarse a los dinosaurios. Posiblemente, empleaba su morro alargado como una trampa para capturar peces . Solo tenía que mantenerse quieto y esperar a que algún pez incauto nadara cerca. Entonces, abría la boca y, sin más esfuerzo, se tragaba su cena. Ni siquiera necesitaba unas fuertes mandíbulas.
Aunque Shieldcroc vivió hace más de 90 millones de años, Holliday cree que los científicos pueden utilizar la información sobre el animal para obtener una mejor comprensión de los cocodrilos modernos, especialmente a medida que los humanos invaden los ecosistemas.
«Actualmente, los cocodrilos viven en los deltas y estuarios, los entornos sometidos a mayor estrés por la actividad humana», recuerda. «Al entender cómo los antepasados de estos animales se extinguieron, podemos comprender mejor la forma de proteger y preservar los ecosistemas vitales a los cocodrilos modernos».
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