El PSOE pasa al ataque y apunta directo a Rajoy

«La derecha nos propone darle fuego a la Educación Publica y a la Sanidad (...), ya verán cuando tengamos una sanidad para ricos sanos que la puedan pagar, y otra sanidad para pobres...», vaticinó el ex presidente del Gobierno, que en contraste rindió honores a Alfredo Pérez Rubalcaba como «el único» que entiende la crisis y es capaz de afrontarla. «Solo Alfredo, -dijo-, puede hacerlo».

A poco más de 24 horas para el debate electoral, la ofensiva en las filas de Rubalcaba se focaliza en el adversario en busca de un cara a cara personal, terreno más digerible para el candidato socialista que hablar de cinco millones de parados y ocho años de Zapatero. González, -molesto además por los titulares «de la caverna» que este fin de semana le identificaban como el «pasado» del PSOE-, abrió la veda.

«Por tanto soy el pasado y Rajoy es el futuro pluscuamperfecto, el de una tumbona en uno de los mejores climas del mundo en Santa Pola» ironizó, para acabar arremetiendo contra el líder popular por «su indolencia, su capacidad de reposo, su aire de casino del siglo XIX jugando la partida» y acusarle de preferir «que no hubiera campaña». «El cambio que propone es el del “salto patrás”, una utopía regresiva... pero futuro de qué... llámalo a ver cómo va el Real Madrid» invitó González, que no dudó en defender su propia vigencia recordando que «los líderes europeos no se han enterado de que soy el pasado y por eso me ofrecieron ser presidente del grupo de reflexión para definir el futuro de Europa».

Por segundo día consecutivo, Rubalcaba se quedó deliberadamente a la sombra del que fuera su jefe. «Cuanto más nerviosos se pongan, más le sacaré, es un lujo», dijo el candidato sobre González, para añadir «además me permite compararme con Rajoy para decir que no somos iguales: a mí me nombró Felipe, y a él Aznar». El nombre del ex presidente del PP surgió varias veces, pero por segundo día consecutivo, mención cero a José Luis Rodríguez Zapatero. No ayuda a remontar encuestas.

El candidato se ciñó al guión de campaña , o lo intentó entre las constantes interrupciones de apoyo del público, para reivindicar que «sólo hay dos caminos, no tres ni cuatro» para salir de la crisis: el del PSOE, que es salir todos y no que unos salgan y otros se queden, y el del PP, que es «a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga».

«Dad la cara y veréis como cambian las encuestas», espoleó a los seguidores, en una invitación al «pelea por lo que quieres» de su lema electoral que persigue convencer a los 'in': indiferentes, indecisos e indignados. Un granero que calculan en 8,5 millones de personas y donde el partido cree tener un granero de voto oculto. La mayor ovación en tierras valencianas la cosechó aludiendo al gobierno regional de Francisco Camps, del que Rubalcaba dijo que «de tanto buscar las facturas de los trajes se olvidó de los ciudadanos».

El 15-M se coló en el mitin socialista a través de una pancarta en la que podía leerse «PP-PSOE, traición al pueblo» que exhibieron varias personas que fueron inmediatamente expulsadas, aunque González, que hablaba en ese momento dijo concederles «la misma libertad de expresión» que el tiene. El acto político también se vio interrumpido por otro pequeño grupo que portaba banderas saharauis , al igual que el sábado, en Sevilla, lo hicieron en dos ocasiones otros alborotadores, -según el PSOE, también vinculados al 15-M-, en lo que ya se está convirtiendo en una costumbre en esta campaña.