Reconocimiento civil para las víctimas alcarreñas del 11-M
Zambrana, Díaz-Cano y Barreda condecoran a ocho de las familias de Guadalajareños que murieron en el atentado islamista de 2004
ÓSCAR CUEVAS
El 11 de marzo de 2004 uno de los trenes de Cercanías que sufrió el atentado terrorista, en concreto el que explotó en El Pozo, había salido de la Estación de Cercanías Renfe de Guadalajara. Alrededor de una quincena de las 192 víctimas de aquella ... masacre residían o procedían familiarmente de la provincia de Guadalajara.
Ayer, casi siete años después de la tragedia, las familias de 9 de los fallecidos alcarreños recibieron una condecoración institucional: la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo. Fue en un solemne, breve, intenso y emotivo acto celebrado en el Salón de Actos del Centro San José de la capital alcarreña, un recinto que se quedó pequeño para acoger a las autoridades y representantes sociales que quisieron acompañar a los homenajeados en la jornada. La ceremonia comenzó con un sobrecogedor silencio del público mientras sonaban los acordes del Himno de España.
Eso, el silencio respetuoso y sentido, las caras de recuerdo y dolor, fue lo más característico de una cremonia en la que, además de las víctimas dl atentado, también se condecoró al agente de la Policía Nacional, miembro del GEO, que murió unos días después durante la operación desarrollada en Leganés para neutralizar al comando islamista que perpetró la masacre, y que acabó con los terroristas inmolándose.
Un referente cívico
«Su dolor no nos puede ser ajeno, no tiene compensación posible. Ustedes son un ejemplo, un referente cívico, un referente de los valores de la democracia y la civilización», dijo Justo Zambrana a los familiares congregados en el Salón de Actos del Centro San José de Guadalajara. «Esto es cumplir un deber moral con las víctimas, un homenaje para los que ya no están con nosotros, que nunca serán olvidados», añadía el subsecretario de Interior.
«Rememorar no reabre heridas; recordar es un acto de respeto, justicia y dignidad», añadió por su parte el delegado del Gobierno en la región,Máximo Díaz Cano, quien afirmó que «si borramos de la memoria colectiva los asesinatos, no habrán ocurrido; pero eso no sucederá, porque esa memoria, que sois vosotros —dirigiéndose a los familiares—, es sobre la que asentamos nuestra dignidad. Las víctimas tienen que obtener reparación y justicia», añadía.
Por su parte, Barreda dio un brevísimo discurso y prefirió solicitar un minuto de silencio, con el que se puso punto final al acto.«Estoy aquí hoy como presidente de Castilla-La Mancha, representado a todos los ciudadanos de la región, y estoy seguro que interpreto el sentir de todos ellos expresando mi cariño, mi afecto, mi amor y mi comprensión a una situación que es incomprensible por lo irracional y por lo que tiene de destino trágico».
Quejas policiales
Tras la celebración del acto, los medios de comunicación recibieron una nota de protesta del Comité Regional de Castilla-La Mancha de la Confederación Española de Policía, en la que denunciaban que los policías se sentían «despreciados» por Díaz-Cano y Barreda.
Segúnla CEOP, el acto «marginó de modo deliberado a la representación sindical de los policías, evitando su presencia en un acto en el que uno de los homenajeados era, precisamente, el miembro del Grupo Especial de Operaciones, Francisco Javier Torronteras». «Este comportamiento ha impedido que los miembros de la CEP, a la que estaba afiliado Torronteras, pudieran expresar su apoyo y arropar a la familia del compañero», añadían.
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