Cupido sale de caza
Sus flechas hieren por igual a humanos y animales, que presentan comportamientos similares en asuntos del corazón
RUTH PILAR ESPINOSA
Encontrar la oveja adecuada para emparejarse es complicado. Qué se lo digan a la mosca del vinagre , de la que existen 2.000 especies diferentes en el mundo. Un especialista, de hecho, apenas logra distinguirlas con ayuda de un microscopio y examinando sus ... órganos internos. No obstante, las hembras son capaces de rechazar a los machos ajenos a su orden a través de la canción que los galanes entonan durante el cortejo. La Drosophila melanogaster, por ejemplo, emite 29 veces por segundo un zumbido cuyo tono se corresponde con el primer mi (300 hercios) de nuestra escala musical. La Drosophila simulans, por su parte, alcanza sólo en 20 ocasiones la misma frecuencia. El amor es ciego, pero no sordo. De modo que, chicas, meted en el bolso móvil, llaves, monedero... y metrónomo.
Los chicos también tenéis que ser prácticos. Sobre todo hoy, cuando los detalles florales y/o gastronómicos, aunque esperados, siempre gustan. El macho de araña cazadora lo sabe bien; por eso, ofrece un insecto envuelto en un bello saco a su dama antes del apareamiento . El resultado que persigue el donjuán es que ella devore el regalo mientras él se aparea con rapidez y sin resultar herido.
Pero no hay que pensar en San Valentín como una fecha que alienta el consumismo o en el amor como un sentimiento interesado. Si así fuera, el gorrión molinero más perezoso nada tendría que hacer el día que una guapa, granívora y troglodita gorriona se presentara en su piso de soltero a echarle un ojo a la vivienda. Los ejemplares con mejores nidos consiguen más rápido chica. De modo que allí donde no llega la pulcritud se impone la puesta en escena: muchos machos fingen ser desvalidos polluelos que tiemblan, se acogotan y abren el pico , como pidiendo comida. Tal comportamiento, claro, despierta los instintos maternales de la hembra, que abandona su actitud de rechazo.
Monogamia y fidelidad
Los ñus no montan ningún teatrillo, pero sí numerosos combates. Gracias a los tanteos que entablan con otros individuos establecen su sistema sexual: sólo pueden aparearse los terratenientes de un dominio. Las ñus, que se sienten más atraídas por los territorios cuyos propietarios les prestan la menor atención posible y llevan a cabo el apareamiento sin más, agradecen tanta energía invertida en demostraciones de fuerza.
Las mujeres de los gibones unko, sin embargo, se vuelven agresivas incluso cuando detectan de lejos a otra congénere. Y eso que su matrimonio monógamo es hasta que la muerte los separe.
Entre los bigotudos el amor de los novios y de los casados es tan cordial que de noche el marido calienta a su esposa dejándola dormir bajo sus alas. La unión de estos pequeños pájaros paseriformes sólo puede romperse con violencia , por ejemplo, encerrándolos en jaulas distintas, señala el etólogo Vitus B. Diöscher.
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