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«Zapatero no debe tirar por la borda la esperanza vasca por siete votos»

Salva el pacto PP-PSE: «Por nosotros, no está en entredicho». Pero la ruidosa negociación del PSOE con el PNV sobre Presupuestos ha disparado las alarmas. Basagoiti no se fía y quiere escuchar en La Moncloa que «no se superarán las líneas rojas»

«Zapatero no debe tirar por la borda la esperanza vasca por siete votos» TELEPRESS

MANUEL ERICE

Como uno de esos cancerberos que dieron gloria futbolística a su Athletic del alma, Basagoiti vela desde su portería en la bilbaína sede del PP por que el desesperado acercamiento de Zapatero al PNV no desmonte el pacto constitucionalista que tanto costó forjar. Con la sensibilidad que desprenden los hacedores vascos, acostumbrados a surcar con apuros las aguas de la sinrazón, apela a la responsabilidad y la generosidad del presidente del Gobierno: «La que tuvo el PP vasco cuando ofreció su apoyo desinteresado para hacer lendakari a Patxi López».

—Señor Basagoiti, la situación tiene un toque irónico que contrasta con la gravedad de la crisis: el PNV, oposición en Vitoria, modificando en Madrid lo que acuerdan PSE y PP en el País Vasco. ¿Tan mal estamos?

—Bueno, el PNV está jugando sus cartas para sacarle el mayor partido posible a su táctica. El problema es que quien reparte las cartas no debería de entregar algunas, porque ha sido un año y medio de avances claros en la convivencia y en la libertad en el País Vasco que no se pueden poner en riesgo por tener un poquito más de tranquilidad en su sillón de La Moncloa. Es evidente que lo que pretende el PNV es desestabilizar el Gobierno del País Vasco y hacer que descarrile el cambio político, y el presidente del Gobierno debe tener la suficiente responsabilidad para no consentir esto.

—¿Cuánto puede haber de fraude en el hecho de que lo que se aprueba y se pacta por el Gobierno del País Vasco en un ámbito sea revisado por la puerta de atrás por un tercer partido, en otro ámbito y en otro contexto de negociación?

—Es inaudito todo. Es inaudito que el partido que ha gobernado durante treinta años diga ahora que le falta una transferencia. Es inaudito que el partido que está en la oposición por defender el Plan Ibarretxe lo saque ahora del cajón para planteárselo a Zapatero. Pero lo más inaudito es que haya un presidente del Gobierno que dé bola a todo esto. El presidente del Gobierno debe ocuparse del interés nacional y debe ocuparse también de que el País Vasco lleve una buena línea, y por eso la responsabilidad de todo esto no la tiene el PNV, que trabaja dentro de su ideario y trata de exprimir sus siete votos, sino que la tiene un presidente del Gobierno que hasta el momento no está dando muestras de defender el interés general de España y del País Vasco.

—Algún responsable de su partido en el País Vasco ya ha denunciado que la negociación con el PNV de materias ya acordadas entre PP y PSE, como la revisión de la transferencia de políticas activas de empleo, deja en entredicho el «Acuerdo de Bases para el cambio democrático» que sustenta el Gobierno de López. ¿Van a denunciar el asunto al PSE? ¿Está en entredicho el pacto?

Patxi López tiene la obligación de negociar las transferencias de empleo

—Patxi López tiene la obligación de negociar él las transferencias de empleo porque así está recogido en el Estatuto. Él es el lendakari y el representante de todos los vascos, y gobierna a los vascos gracias a un acuerdo con el Partido Popular que está firmado. Por lo tanto, es su obligación. Eso se lo exigimos en público y en privado. El interés de Zapatero es mantenerse en el sillón a toda costa. El interés de Patxi López debe ser defender los intereses de los vascos y salvaguardar el acuerdo que le ha llevado a ser lendakari. Por eso, vamos a seguir exigiéndolo...

—Pero ¿en qué se traducirá esa exigencia?

—Pues mire, voy a pedir una cita con el presidente del Gobierno. Quiero que escuche de primera mano qué está pasando en el País Vasco, cómo se está avanzando en el proyecto de cambio, y no se lo dice uno cualquiera. Se lo dice quien ha colocado a una persona de su partido al frente del Gobierno vasco. Y le voy a exigir responsabilidad, y que no se ponga en cuestión todo lo que se ha conseguido en este año y medio en convivencia, en tranquilidad, en no estar en la ruptura permanente, en reducir espacios a los asesinos, en que las víctimas estén en las aulas, en el prestigio de la libertad... Y esa esperanza no se puede quedar en el camino porque uno necesite siete votos en el Congreso de los Diputados. Y yo esta semana voy a llamar al presidente del Gobierno para decirle que no solo el PNV representa a los vascos y para pedirle la misma responsabilidad que tuvimos cuando hicimos lendakari a alguien de su partido. Que por siete votos no tire por la borda todo lo conseguido.

—¿Cuándo y cómo va a hacer materializar esa petición?

—Pues el lunes. Llamaré a Moncloa para solicitar una entrevista formal con el presidente del Gobierno.

—¿Es una forma de suplir un vacío, una labor que el lendakari Patxi López no está cumpliendo..?

A Zapatero le pido responsabilidad y generosidad hacia un cambio político

—No, se trata de pedir al presidente del Gobierno algo de generosidad, como la que ha tenido el PP vasco con su apoyo al PSE para gobernar. Y se la pido, no para mí, ni para tener coches oficiales ni para tener consejerías. Le pido responsabilidad y generosidad hacia un cambio político. Y no tiene nada que ver con López. Él hace lo suyo como presidente de todos los vascos. Yo hago lo mío como responsable del partido que sustenta al Gobierno vasco.

—Haciéndome eco de una inquietud que está ahora en muchos sectores, también fuera del País Vasco, le hago una pregunta muy clara: ¿está en peligro el pacto PSE-PP?

—Por mi parte no. Quien lo puede poner en riesgo es Zapatero. Siempre lo he dicho. Porque además se está viendo que le importa más su sillón que la esperanza vasca o que la estabilidad nacional. En su esquema siempre han entrado los acuerdos con los nacionalistas, y cuanto más radicales mejor. Pero en lo que está en mi mano, yo voy a seguir haciendo lo posible por apoyar al Partido Socialista, siempre y cuando se cumplan dos parámetros básicos: el prestigio constitucional y estatutario y la derrota del terrorismo. Mientras no se quiebre eso, tendrá nuestro apoyo leal.

—Cuando Zapatero habla de un acuerdo más estable, «de continuidad», con el PNV, más allá de los Presupuestos de 2011, ¿contempla otra vez el fantasma del Plan Ibarretxe?

—El PNV puede hacer lo que quiera. Puede sacar conejos de la chistera. Ya sacó el Plan Ibarretxe en el último debate presupuestario en el Congreso, puede recurrir a lo que sea con tal de impedir el cambio en el País Vasco... Pero hace lo que está bien para sus intereses. Eso es lo que un presidente del Gobierno que mire por el interés general no debería consentir.

—Pero no me dirá que un año y medio de colaboración de Zapatero con el PNV no introduce nuevas variables, como la de resucitar el protagonismo político de un partido que había quedado muy tocado en la oposición y que estaba abocado a una regeneración...

—A mí no me preocupa que el PNV recupere protagonismo político, sinceramente, siempre que haya compatibilidad entre ambos acuerdos y no se toque lo fundamental: lío estatutario, deslegitimación constitucional (por ejemplo, entrar en derivas como en Cataluña) o negociación con la banda terrorista. Otra cosa es que sí, sería buena esa regeneración en el PNV.

—Hablemos de líneas rojas más en concreto: ¿la cesión al PNV de competencias sobre la Seguridad Social sería motivo de ruptura del Pacto?

«La ruptura de la caja única de la Seguridad Social va contra el espíritu de la Constitución»

—Como todo lo que va contra la Constitución, el Estatuto o que ayude a ETA. Esas son las líneas rojas. Y la ruptura de la caja única de la Seguridad Social lo es porque va contra el espíritu de la Constitución...

—¿Es también una línea roja que el PNV arranque al PSOE que gobierne la lista más votada (planteado en ayuntamientos y diputaciones forales, el PNV se aseguraría Vizcaya y Guipúzcoa)?

—No, eso no es una línea roja. Sería, desde luego, un freno a la extensión del cambio en el País Vasco. Pero, sobre todo, sería una bofetada para Patxi López que él tendría que asumir. A nosotros no nos va a influir especialmente. Esperamos ganar en Álava y Vitoria, y, por tanto, gobernar.

—¿Ha hablado estos días con Patxi López?

—Sí, tengo buena relación con él y hablo con frecuencia. No voy a revelar nada, pero él sabe que tiene que defender los intereses del País Vasco.

—Pero, ¿le ve fuerte? ¿Confía en él?

—El tiempo lo va a decir... Pero la clave no está tanto en él como en Zapatero y su forma de negociar las cuestiones económicas. Aznar ya lo hizo en su momento (pactos presupuestarios con el PNV entre 1996 y 2000), pero ni jugó con las cosas de comer ni traicionó al PP vasco. Yo nunca consentiría que Rajoy nos hiciera una cosa así. Cuando Rajoy sea presidente, no le permitiré que tome el pelo al PP vasco o que haga un política nacional que pueda perjudicar los intereses del País Vasco. Y no es una bravuconada. Cuando Aznar llegó a acuerdos con el PNV, ya intentó el PNV deshacer el PP vasco, pero no nos dejamos, con Iturgaiz a la cabeza. Patxi López tiene que hacer lo mismo. —¿Cree que Patxi López está siendo víctima de un proceso de deterioro del PSOE por su propia debilidad, como lo pueden ser Tomás Gómez u otros barones?

«La trayectoria de Zapatero está llena de cadáveres»

—La trayectoria de Zapatero está llena de cadáveres... Pero yo no me meto. Aquí (en el País Vasco) hay una política de cambio por la libertad que es fundamental y es lo que hay que proteger...

—Sí, pero no podemos obviar que hay una crisis económica profunda que ha derivado en crisis política, y eso puede tener múltiples efectos, tanto en el PSOE nacional como en sus territorios...

—Entiendo que Zapatero tiene ante sí una grave crisis. Lo entiendo. Pero si hay una crisis económica, lo que tendría que haber es un debate sobre números, sobre propuestas económicas, y de eso no se ha visto nada. Aquí nadie se ha acordado de los autónomos, ni de las infraestructuras, ni de los parados... De eso no se habla nada. Por eso, el riesgo es que Zapatero prime más una situación de estabilidad personal para unos meses que una situación de interés nacional. Ese es el fondo de la cuestión. Y esto me lleva también a estar convencido de que a largo plazo habrá un mayor acuerdo entre PP y PSOE en los asuntos de Estado para que no pesquen terceros en río revuelto. Dejaremos atrás el esquema de Zapatero de los pactos del Tinell (que suscribieron todos los partidos catalanes para aislar al PP), cordones sanitarios... Eso es fundamental para el futuro de España, y estoy convencido de que con Rajoy se dará. Habrá más consenso básicos en la inmigración, habrá grandes acuerdos en la economía, en el Pacto de Toledo... Cuanta más inquina nos tengamos PP y PSOE más sacan aquellos que no piensan en el interés de los españoles, que piensan en sus propios intereses. Eso es lo que nos ha traído el esquema de Zapatero.

—¿Sigue temiendo que ese esquema le vuelva a hacer caer en la tentación de negociar con ETA?

—Bueno, yo ese horizonte aún lo contemplo. Pero no me asusta quién acabe con ETA sino cómo se acabe con ETA. Mientras no se pague precio político, cuanto antes mejor. Sé que el PSOE ha hecho de todo. Por eso, no me guío por opiniones sino por hechos. Y el hecho que quiero ver con claridad es que Batasuna no se cuela en las elecciones municipales y forales. Que ante una táctica de ETA o Batasuna de amagar para intentar colarse, no haya ningún imbécil que se lo trague.

—¿Y avala el acercamiento de presos para luchar contra ETA?

—Dicen que todo el mundo lo ha hecho, pero a mí no me gusta. Para que haya arrepentimiento de verdad y pueda avalarse, tiene que haber muchas más pruebas, mucha más exigencia. No basta con firmar un papelito de un día para otro.

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