Tres falsos mitos sobre los efectos del champú que probablemente no conocías

Para dar respuesta a estas cuestiones, Eduardo López Bran (jefe del servicio de dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid) y Sergio Vañó Galván (coordinador de la Unidad de Tricología y del estudio de las alopecias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid) concedieron una entrevista a la agencia Efe hace unas pocas jornadas en la que hablaron del efecto real que los champús pueden llegar a tener sobre nuestro organismo y los falsos mitos que existen sobre ellos.

1-El champú no modifica la cantidad de grasa que se produce en nuestro pelo.

No te engañes, los jabones para el cabello no puede modificar ni regular la cantidad de grasa que produce tu cuerpo ni la que se acumula en tu pelo . De hecho, y según los expertos, cuando una persona se lava la cabeza con un champú «antigrasa» la tendrá limpia durante unas horas, pero posteriormente el cuelpo volverá a escretar esta sustancia y se ensuciará.

Esto se debe a que la grasa se produce por regulación neuro-hormonal en las llamadas glándulas sebáceas que se encuentran en el cuero cabelludo. Éstas son imposibles de controlar con cosméticos, pues funcionan mediante impulsos del sistema nervioso. Con todo, factores como el estrés pueden generar una mayor cantidad de esta sustancia en nuestro cuero cabelludo.

2-El champú no detiene la calvicie.

En este sentido, Vañó es tajante: «El champú es un producto cosmético, no impide que se caiga el pelo, ni provoca la calvicie». En palabras del experto, la calvicie se produce debido a un folículo que se encuentra ubicado a 5 milímetros bajo la piel, una distancia sobre la que no puede influir ningún jabón.

Por su parte, López explica que la mejor solución contra la alopecia es hidratar el cabello para evitar su rotura y pérdida. «Pensar que lavando el cabello una vez a la semana, retrasaremos la caída es un razonamiento erróneo», señala el dermatólogo.

3-Ningún componente del champú es perjudicial.

A pesar de que, cada vez más, se comercializan champús «libres» de determinados productos que se consideran dañinos, no existen pruebas fehacientes de que ningún jabón para el cabello sea dañino. De hecho, hay que demostrar por ley que no es perjudicial antes de sacarlo al mercado.