Suscribete a
ABC Premium

Una raya en el agua

El avispero

Los líderes separatistas ya no pueden negar la voluntad de reiteración delictiva porque han vuelto a retar al Estado

Ignacio Camacho

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Antes de que el juez Llarena citase a los líderes del golpe independentista para comunicarles hoy los detalles de su procesamiento –que habida cuenta del precedente de la fuga de Puigdemont puede conllevar prisión preventiva–, recaderos oficiosos del Palacio de la Moncloa vendían por ... Madrid la idea de que Jordi Turull era un candidato en cierto modo razonable. No deseable ni idóneo pero sí una especie de mal menor ante el que nada podía objetarse. Ansioso por aprobar los presupuestos, al Gobierno le quema en las manos el artículo 155 , que bloquea el apoyo del PNV, y vería con buenos ojos cualquier solución que lo levante. Turull, aunque amenazado por una inhabilitación a corto o medio plazo, le parecía al marianismo una opción jurídicamente viable, obligado como está a moverse con prudencia para no agravar sus circunstancias procesales. La paradoja de haber sido previamente destituido por el propio Ejecutivo central se volvía un matiz desdeñable ante la prioridad de sacar las cuentas de 2018 adelante.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia