EL CALEIDOSCOPIO

Cadena de incompetencias

PEDRo arias

21/07/2013
Actualizado a las 11:48h.

Es inexplicable lo ocurrido con la sanción a España por la Tax Lease . Reproduzcamos la película de los acontecimientos para tratar de entenderlo. El sector de la construcción naval europeo todavía era importante a comienzos de este siglo. España contaba con un peso ... muy destacado, sobresaliendo la comunidad gallega por tradición, diversificación y obvia ventaja comparativa para todo lo marítimo. Lo que turbaba el futuro del sector naval era la competencia de nuevos países en desarrollo, en particular algunos asiáticos. La causa estribaba en lo que se denominó dumping social, o desigualdad de condiciones y derechos de trabajadores y poblaciones, carentes en muchos casos de derechos sindicales y democráticos, produciendo con costes inhumanamente bajos. Europa, tenían que buscar formas de protegerse a su sector naval contra esa competencia desleal. Pero eurotecnócratas, eurocomisarios, y eurotodo, pasaron del problema; era supuestamente complejo y requería abrir la caja de las grandes cuestiones.

De ahí que los países miembros tuvieran que buscar soluciones individuales para que no desapareciera su base industrial naval. En España, entre otras políticas, se creó un sistema de ayudas para que descendieran los costes a los que adquirían los barcos, vía el descenso de la presión fiscal al circuito naval. Se tomó la denominación en inglés, Tax Lease , o relajación fiscal, en español. Gracias a ella pudo el sector nacional seguir construyendo buques, generando empleos y manteniendo ingresos que a su vez repercutían en capacidad de pago fiscal que compensaba y rebasaba los descensos por el Tax Lease . Un círculo virtuoso de sostenimiento productivo. Otros países europeos recurrieron a fórmulas distintas pero de efecto equivalente.

La Comisión Europea, y en particular el Comisariado de la Competencia, tenía que conocer y saber del sistema, porque no se trataba de una medida marginal ni clandestina. Pero pasaron de advertir su posible ilegalidad. Después algunos países denunciaron a otros, para tratar de salvarse de la caída acentuada de la demanda por la crisis, agravando el problema. Los comisarios, y en particular el representante español, el socialista Almunia, adoptaron la postura más fácil, la más contraproducente y penosa. En lugar de haber revisado a tiempo la legislación comunitaria y de plantear una defensa abierta y legítima de la industria europea, se limitó a negociar una sanción interna, el cumplimiento parcial de las normas europeas.

Tampoco el gobierno español anterior, el titular durante ocho años, primero con expansión y después con crisis, se preocupó del reconocimiento de un modelo español homologable en Europa. Salió del poder dejando exhaustas a las sociedades de apoyo recíproco como Pymar y sin nuevos pedidos al sector, incluso con el Tax Lease operativo. Cerrando así la cadena de incompetencias, de irresponsabilidad objetiva que estos días vuelve a sembrar de incertidumbre la financiación de la construcción naval. No queda más remedio que seguir insistiendo.