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VIDAS EJEMPLARES

¿Comemos?

La siesta ha muerto, pero quedan las «comidas de trabajo»

Luis Ventoso

EL gran buque de la prensa neoyorquina, hogaño ya con vías de agua, ha señalado la siesta como paradigma de la baja productividad española. Confiando en el venerable New York Times, vas mirando aquí y allá en busca de gente sopas a las cuatro de ... la tarde, pero los durmientes no acaban de aparecer. En las oficinas, la parroquia ya está atornillada a sus ordenadores pasadas las tres y media, tras una lechuga fosilizada. Tampoco hay abogados o empleados de banca traspuestos en pijama y orinal, que diría el maestro Cela; ni coches patrulla apalancados en la cuneta para despejar una cabezada. El legendario paquidermo de Manhattan exagera: la siesta es historia. Por contra, sí continúa vigente otro ingenioso invento español para quemar el tiempo: las comidas de trabajo.

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