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Reprogramación celular

Las células vivas responden a estímulos, transmitiendo señales a su centro de control, el núcleo, y desencadenando respuestas. Entre ellas está la del crecimiento y multiplicación, la diferenciación o

Las células vivas responden a estímulos, transmitiendo señales a su centro de control, el núcleo, y desencadenando respuestas. Entre ellas está la del crecimiento y multiplicación, la diferenciación o la muerte programada (apoptosis).

La posibilidad de modificar las células ha abierto la vía a la reprogramación, lo cual supone actuar sobre sus componentes para reformar su comportamiento, reorientar los procesos que gobiernan.

En la escala que va desde los microbios a las células de los animales, hay una notable globalización de los sistemas de comunicación, de manera que el diseño básico de los circuitos regulatorios comparte muchos patrones de organización. Se diría que la complejidad y diversidad biológica se organiza sobre la utilización combinatoria de una serie de componentes básicos, que se articulan de manera específica en cada organismo, o en sus distintos órganos y tejidos.

Es sorprendente lo que hay de común en toda la variedad de receptores celulares, o en los diseños de proteínas encargadas de transmitir señales, por ejemplo mediante fosforilación, o en el empleo de segundos mensajeros.

La reprogramación celular es, por tanto, una estrategia de investigación con muchas aplicaciones. En tiempos recientes, multitud de hallazgos ilustran sus posibilidades. Venter trasplantó el genoma entero de una bacteria a otra. En nuestro laboratorio se ha podido acoplar una ruta de señalización de células humanas (basada en proteína-quinasa B) en levadura, para diversas aplicaciones. La reprogramación alcanza también a mamíferos como el ratón; los galardonados este año con el Nobel de Medicina crearon razas modificadas para reproducir algo parecido a las patologías humanas que necesitamos estudiar.

La Medicina Regenerativa en la que tantas esperanzas están puestas, depende de la posibilidad de reprogramar células para reparar órganos o tejidos alterados. Es nuestro conocimiento de los programas -abiertos al ambiente- de los sistemas biológicos, el que los hace reprogramables.

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