El victimismo de Mas arranca ya los primeros signos de hartazgo
Montoro acusa a la Generalitat de mezclar «deliberadamente» datos y conceptos
LAURA L. CARO
El hartazgo ha empezado a abrirse paso en las reacciones provocadas cada día sin descanso por el pulso independentista de la Generalitat de Cataluña, que anteayer desgastó un poco más la paciencia de muchos dirigentes políticos con l a publicación del pliego de presuntos agravios, ... incumplimientos y deslealtades que, a entender de su Gobierno, el Estado perpetra contra Cataluña con gran daño para las arcas catalanas: exactamente 9.375,7 millones de euros.
En el Congreso, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro , no pudo por la mañana disimular su hastío ante tanto victimismo y desde la tribuna recordó a Artur Mas que la ecuación es la contraria y que es precisamente ese mismo Estado «el que paga sus facturas» , en referencia al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) que ha salido y seguirá saliendo en auxilio de la cuasi quiebra catalana. Montoro acusó a Mas de estar mezclando cifras y conceptos «indebidamente», «deliberadamente» y de manera «inconveniente» para escribirse a la carta ese informe de agravios, frente al que el ministro anunció la «transparencia» de las balanzas fiscales de las comunidades autónomas que el Ejecutivo Central tiene previsto publicar antes de fin de año. No quiso Cristóbal Montoro terminar sin antes sentenciar el fracaso de la aventura soberanista: «no van a prosperar -advirtió-, el Plan Ibarretxe tardó tres años en llegar a esta Cámara y se rechazó . ¿Hubo referéndum? No, y eso es lo que va a pasar aquí».
Más desenfadado, el expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina , dio cuenta también de su cansancio ante el eterno estribillo secesionista diciendo que él mismo pondría dinero de su bolsillo «a cambio de que dejen de dar la vara». «Ya ven ustedes los agravios. ¿Los agravios son 9.000 millones? Pues los podemos pagar si se callan de una vez», propuso a su llegada ayer a un acto en la Asamblea de Madrid, donde ironizó sobre el «milagro» de que en Cataluña, «una parte de España que es educativamente de las más formadas», se conformen con las «mentiras» de Artur Mas.
González: Es una «ruptura»
Pero, con mucha diferencia, los signos de saturación se reprodujeron en la órbita del PP , como es el caso del presidente de los madrileños, Ignacio González , que se esforzó por explicar que el «pulso» de Mas es una «ruptura con la Constitución» y que no tiene nada que ver con reclamaciones de financiación, un debate separado del que el propio González participa. También el presidente autonómico, José Antonio Monago, subrayó desde Extremadura que la idea de que Cataluña es «aportadora neta» del Estado forma parte de la «memoria histórica» de España. Y puestos a hablar de agravios, Monago invitó a Artur Mas y los suyos a que «vengan a Extremadura», porque «aquí -dijo- pagamos el avión con nuestro presupuesto, la alta velocidad es un sueño... al final vamos a tener que pedir que seamos considerados zona insular».
Y Ana Botella , alcaldesa de Madrid, advirtió de que «el Estado tiene que responder» ante el «pulso secesionista» que se está planteando y ante un nacionalismo catalán que «está contando una historia que no se corresponde a la realidad».
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